Sus azules ojos miraban con rabia a aquel pedazo de madera convertido en muñeco de entrenamiento,su respiración se aceleraba cuanto mas apretaba la empuñadura de su hacha,una breve carrera y descargo toda su fuerza en aquel primer golpe,seguido por muchos mas,solo se detuvo cuando entre jadeos y sudor contemplo los despojos de su inerte rival.
Salió del edificio de IV:7 cabizbaja,secándose el sudor y arrastrando su hacha,la repentina marcha de su maestro la dejaba sola ante la empedrada,sangrienta y difícil senda del guerrero,pero sabia que no se rendiría.
Sus pasos distraídos la llevaron hasta el árbol donde tantas veces había escuchado las lecciones del Gnomo,una brisa acaricio su rostro y contuvo la respiración para exalar el aire poco a poco disfrutando del momento mientras su pelirroja melena se dejaba llevar.
Unos pasos tras ella la hicieron girarse,encontrándose con el semblante de Sefiros pintado con matices de preocupación.
Sin mediar palabra se lanzo a sus brazos,aspirando el familiar aroma de su caballero,que la estrechaba con fuerza contra el.
Tomo los labios de el con pasión,en un beso intenso y largo,sus respiraciones se aceleraron sin previo aviso,se miraron fijamente durante unos segundos para acto seguido volver a devorarse la boca con deseo naciente.
Una repentina lujuria se adueño de Lûst empujando a su compañero contra el árbol mientras lo besaba apasionadamente,la reacción de el no se hizo esperar mucho tiempo y con un hábil giro coloco la espalda de ella contra el árbol sujetando sus muñecas en alto mientras devoraba su cuello castigandolo con besos y mordiscos.
Entre jadeos y furtivos besos despojaron de sus ropas al otro,quedando al fin desnudos,los besos deseosos se repartían entre ambos,Lûst subió una pierna a la cintura de Sefiros y su hombría hambrienta la inundo por completo arrancando un profundo gemido,sus cuerpos empapados ya en sudor brillaban bajo los matices de la luz del sol.
Tal lascivia desato sus licántropas formas volviéndose mas salvajes cada uno de sus movimientos,mientras se cubrían los labios de besos el hacia suya la húmeda morada de su intimidad y ella le correspondía con incontrolables gemidos mientras clavaba las uñas en su espalda.
Un deseo urgente y desatado que culmino con un clímax al unísono brutal e intenso que les dejo empapados en sudor,abrazándose con fuerza y regalándose intensos besos.
Unas cómplices risas resonaron entre las hojas mecidas por el viento...