domingo, 27 de febrero de 2011

Destino licántropo.

La primera noche en ventormenta un intenso dolor despertó a Alphonse en mitad de la noche,la maldición hacia acto de presencia,pero esta vez nos tocaba afrontarlo solos,ni nuestro rey, ni los amables druidas,ni nadie podría ayudarnos,era el momento de aprender,de golpe,a vivir con ese estigma.
Una fugaz e intensa punción en el pecho que parecía atravesarnos era el comienzo de aquella pequeña tortura,el rostro cambiaba,las manos se nos volvían garras,los pies zarpas y un poblado pelaje cubría cada centímetro de nuestra piel,finalmente un liberador aullido y desaparecía el dolor,aunque para saber realmente lo que se siente hay que experimentarlo...
Tras dejar a la maldición actuar y volvernos lobos el resto de la noche transcurrió sin incidentes.

Al fin habíamos encontrado el hueco que necesitábamos,la posada donde vivíamos era acogedora,la gente encantadora y estaba sospechosamente cerca de la casa de Evenstarson, la maga de Nobleza que instruía a Alphonse y que yo creía que despertaba en mi reservado hermanito sentimientos especiales.
El día había sido ajetreado,por la mañana temprano Diosadulcine me llevo a recolectar plantas para enseñarme a cortarlas de manera que conserven todas sus propiedades,el marregal esta especialmente bonito cuando acaba de abrir sus pétalos y las gotas de rocio lo adornan cual diminutas y brillantes esferas de cristal.
Por la tarde aprendí junto a la instructora de alquimia y a una entregada Diosa a crear pociones con la recolección de esa mañana,y esa noche me esperaba Bicarbonator en la fundición de Forjaz,para un entrenamiento nocturno de esos que tanto me gustan.
Solo unos pocos conocen el secreto de mi hermano y mío, en mi caso no me avergüenzo de el, creo que la transformación nos dota de cierta ventaja que bien usada puede ser letal,por contra mi hermano...la oculta e intenta domeñarla para enterrarla en lo mas profundo de si mismo.

La orden de correr durante 10 minutos alrededor de la gran fundición no me disgustaba,muy al contrario me encantaba,el calor del lugar me resultaba incluso acogedor.

Mi carrera era continua,a buen ritmo,mis músculos estaban tensos y el sudor comenzaba a salpicar mi suave pelaje.Algunos enanos me animaban, otros me ofrecían cerveza y otros se limitaban a mirarme de reojo.Había pasado mas de media hora y Bicar no me daba la orden de parar,asique no seria yo quien desobedeciera,continúe con mi tarea mientras mi maestro ensimismado olisqueaba una carta y ponía cara de bobo suspirando como un adolescente.

-¡¡Lust, para, para, paaaaaaaaaaraaaaa...!! -Me grito el gnomo casi hasta quedar afónico.

Me derrumbé agotada en el suelo, un grupo de enanos se acercó a mi en corro aplaudiendo y jurando que mi hazaña pasaria a formar parte de las leyendas del footing de Khaz Modan,una hora corriendo con el sofocante bochorno habían logrado tensar cada músculo de mi cuerpo.

-Vale Lust, puedes descansar. La clase a terminado-me dijo mientras me tendía la cantimplora.-Mañana no daremos clase, pero eso no significa que te vaya a dejar descansar. Te voy a mandar deberes.

Ante mi maestro no podía mostrarme altiva,su conocimento me dotaba del mas adictivo néctar que había conocido hasta ahora...la técnica,la destreza,la paciencia,la fuerza,el control...era una niña sedienta de saber y no parpadeaba cuando recibía sus lecciones para no perderme detalle alguno.

De camino al lugar indicado por Bicar recordé aquella noche, hacia unas semanas,poco después de llegar a ventormenta,concretamente el día que Alphonse y yo llegamos a Nobleza.

En aquella habitación donde nos entregaron los tabardos en una seria ceremonia ahora todos comian y bebian festivamente, había un balcón al cual me retire para contemplar la luna llena que dominaba el cielo,mi instinto hacia ella contraído con la maldición me hacían buscar al nocturno astro,la brisa era suave y acariciaba mi pelirroja melena suelta,unos pasos tras de mi me hicieron girarme.
La pálida luz ilumino un tabardo de la hermandad que remarcaba un torso masculino,se adelanto y se coloco a mi lado.

-Bienvenida a Nobleza,Lûst,imagino que no me recordaras,pero yo al verte no he dudado un instante.Me llamo Sefiros.

Era un Huargen como yo,pero su tono de voz no era el propio de nuestra raza,su forma de lobo era robusta y de marcadas formas,en sus ojos un extraño brillo azulado,sin duda era un caballero de la muerte,liberado del dominio del Rey Exánime e ilustre combatiente bajo la bandera de la Alianza.

-¿Y como es que me conoces noble Sefiros?disculpa mi despiste pero ahora mismo...

-No te preocupes,he cambiado desde nuestro primer y ultimo encuentro es normal que no me reconozcas...

El gesto de su rostro se torno doloroso,sabia perfectamente como se sentía,su forma de lobo dejaba paso al humano.

-Y ahora...¿me recuerdas?...

-No...no...no puede ser...tu...yo te...-tartamudee mientras mi altivez me abandonaba dejando paso a la culpa y al nerviosismo.

-Así es...soy yo-dijo mientras descubría su costado luciendo una cicatriz.

Me acerque a él despacio y coloqué un travieso mechón de su melena azabache que tapaba parte de su rostro,su sonrisa me desconcertaba por su limpieza,su mano rozó la mía notandole temblar levemente,su tez era morena pero sus ojos verdes ahora eran los ojos de un Caballero de la Muerte.

Sefiros era...aquel huargen que me contagió la maldición,aquel huargen al que asesiné en la plaza de Gilneas....

sábado, 26 de febrero de 2011

Lûst


Aquella mañana prometía ser tranquila,los suaves colores del amanecer pintaban el cielo de paz,Alphonse dormía aun,su lectura de aquel libro sobre un aprendiz de mago, le había tenido despierto hasta muy tarde,yo asomada a la ventana buscaba en aquellos colores el mas mínimo indicio del camino que debía seguir,nuestra hermosa casa y nuestra ciudad se habían convertido en una cárcel que no me permitía saber por donde ir.

Un irremediable odio crecía en mi desde aquel suceso que se llevo a nuestros padres,aquella maldición que los había transformado en unas bestias sin escrúpulos sedientas de sangre,la misma que hizo que fueran asesinados y no "murieron honorablemente por el bien de todos los Gilneanos" como quisieron hacernos creer.
Mi hermano canalizaba esa rabia leyendo sobre la magia y los poderosos magos del Kirin tor,en mi caso esa ira la descargaba contra los arboles que después servían de leña para nuestra casa,curiosamente mi ira calentaba nuestro hogar y la de Alphonse nos enriquecía culturalmente,nuestra rabia nos mantenía vivos,al menos por el momento.

No me gustaba ponerme melancólica asique recordé las canciones de los Tauren Chiefitains,mi grupo favorito,y me imagine tocando junto a ellos con mi propia "Destripadora de arcanita" el hacha que convierte en guitarra.

-No descansare hasta que sea mía...-murmure aun soñando.

De pronto un griterío me saco de mi embelesamiento enloquecido tocando la guitarra al aire,recoloque mi melena alborotada y salí apresuradamente a la puerta.
La escena era dantesca,dos parejas de huargen rabiosos sembraban el terror en la plaza principal mientras nuestro Rey Genn Cringris reclamaba ayuda a gritos.

-Cuidadanos de Gilneas,¡preparaos!

Corrí dentro y desperté a de la manera que mas odiaba,lanzandole una jarra de agua en toda la cara,ya se que no es un método muy dulce para un despertar pero no había tiempo de ser la dulzura personificada

-¡P...p...pero que pasa!-grito desorientado y jadeante-Sabes que no me gusta que me despiertes de este modo...¡conseguirás que me de un ataque cardiaco!

-No hay tiempo hermanito,unos lobos están escandalizando en la plaza y el rey asusta a la gente,ven ayudame a acabar con esos malditos chuchos,lleva esto por si lo necesitamos-le dije dándole unas vendas que cogí del mueble.
No insistió,ni replico,sabe bien que cuando quiero algo lo hago sin contemplaciones.Nos unimos a los soldados y les ayudamos con grupos aislados de lobos rabiosos,una mujer gritaba desesperada acudimos a auxiliarla,una de esas bestias se había colado en su casa y temía por sus hijos que aun dormían,entramos a buscarle pero huyó saltando por una de las ventanas.
Salimos de la casa y en la esquina vimos a uno de los licántropos lamiendo una profunda herida en su pata,me agazape y me acerque a el por la espalda armada con la daga que perteneció a mi padre.

Hundí mi arma en el costado de aquella bestia,un rápido movimiento por su parte me propino un arañazo que atravesó mi ropa hiriendo mi hombro derecho,en los ojos de aquel animal vi la liberación de su carga antes de morir y al caer a mis pies se tornó humano,un apuesto joven de ojos verdes y cabellos morenos.

-Lastima,que hombre mas guapo se han perdido las damiselas mas bellas,menudo ejemplar...-murmure jocosa para evitar el recuerdo de mis padres-Vendame hermanito antes de que se infecte...

Pero no recibí venda alguna,levanté la vista y vi a uno de los huargen acorralando a Alphonse que lejos de tener un gesto de miedo había adoptado una pose altiva con su bastón en las manos.
Corrí tan rápido como pude y saltando me encarame a la espalda del lobo para degollarle y que cayera desplomado.

-He manchado tu toga hermanito

-No,Lûst,no has sido tu.-dijo apartando su mano de su hombro derecho.

Una herida de la misma forma que la mía sangraba abundantemente,sentados y jadeantes contemplamos como nuestro rey se dirigía a nosotros.

-Debo daros las gracias nobles ciudadanos,id a descansar y a curar vuestras heridas,mañana os necesitare de nuevo,presentaos con esto en el reclutador de la plaza tan pronto como podáis-nos entrego un pergamino sellado.

Nuestro té nocturno era un ritual sagrado,el mejor momento del día en vida de nuestros progenitores y también el de ahora,pues mantenía vivos los lazos de la sangre entre hermanos,pero esa noche fue mudo,ninguno de los dos inició un vanal tema de conversación,tras lo ocurrido el pasado estaba mas vivo que de costumbre.

Apenas pudimos dormir así que antes de que el astro rey inundara de luz nuestras vidas nos presentamos ante el reclutador y le entregamos el pergamino del rey.

-Ah,sois vosotros,que bien que llegáis tan temprano...-dijo misteriosamente.

Un fuerte golpe en la nuca nos hizo perder el sentido.

Al despertar un yugo de madera impedía mis movimientos

-Me alegra verte despierta Lûst,la enfermedad no ha podido contigo-dijo el rey,de pie ante mi,con las manos a la espalda y gesto preocupado-aun así,no deja de ser una maldición...no me queda mas remedio que confiar en ti...

Me liberó y me contó lo sucedido al perder el conocimiento,una latente bestia en mi interior se había liberado y solo ese yugo pudo contenerme,no había herido a nadie,pero Alphonse también estaba infectado y ahora descansaba en la enfermería del campamento especial a las afueras,donde nos encontrábamos.

-Has demostrado tu fuerza y tu hermano también,os esperan en Darnassus,los elfos nos acogen y ayudan,ahora depende de vosotros que Gilneas se sienta orgulloso de vosotros,partiréis en cuanto estéis listos,entrenad con perseverancia.

Nuestras vidas acaban de cambiar y ya no había marcha atrás.
Mi entrenamiento como guerrera me sabia a poco yo necesitaba mas,mas cosas que ver,mas personas que conocer...así que hable con Alphonse y le convencí para partir a Darnassus pero nos equivocamos de barco y llegamos al majestuoso puerto de Ventormenta,mientras mi hermano buscaba alojamiento,nadie como el para la lingüística,yo pasee por las abarrotadas calles admirando lo que ya sentía como mi nuevo hogar,solo me faltaba un pequeño detalle,conocer al instructor de Guerreros,así sabría si seria mi hogar o no.

Un gnomo de alborotada melena de un sobrenatural color verde pescaba en el puente que une el distrito de los mercaderes con el barrio de los magos,el único sitio con algo de calma,así que me acerque a el y turbando su plácida tarea le pregunte

-Disculpe,¿me podría indicar donde se encuentra el instructor de guerreros?

-Si lo que deseas es que te enseñen a ser una fanática rabiosa buscas a los instructores del casco antiguo,no es difícil encontrales,sigue la estela de la arrogancia...-me dijo sin girarse.

-Deseo ser guerrera-sentecie

Se giro hacia mi y una sonrisa malévola se dibujo en sus labios,saltó hacia mi y se ofreció a ser el quien me instruyera,aun con mi timidez mal disimulada acepte y aquí estoy....

Jadeante,con Bicar sentado en mi espalda junto a su girasol hacia flexiones mientras le contaba a Potopo algunas pinceladas de mi historia.

-Poco después... entre en Nobleza... y me siento como en casa... y Alphonse...bueno mejor seria que te lo contara el...

-Bicar,no te pases con la loba...es mas divertido incordiar a Even

-Ya lo se jefe,pero hay algo que me gustaría saber...-el tono de su voz se volvió relamido y cursi-Luuuuust,¿que pasa con Sefiros?¿eh?.

-Maestro...Arf arf...no seas cotilla...no pienso contarte nada.

-Menudo par os habéis juntado-dijo Potopo-ahí os dejo.

Mientras se marchaba bicar continuo interrogando sobre Sefiros mientras su girasol cantaba esa cancioncilla infantil que tan nerviosos ponía a Vatilion y a Even.