viernes, 6 de diciembre de 2013

Illidan Tempestira


Aquel día Diosadulcine se había despertado con un espíritu inquieto, sus sueños habían sido extraños,mezcla de pesadillas y realidades apacibles.

Todo su ser anunciaba la llegada de un inquietante acontecimiento que aún no sabia preveer, salió de su modesta choza en pleno bosque e inspiró el aire de la mañana con ansias, como quien se bebe la vida de un sorbo.
Su ánimo tras el encuentro con Even y las demás en la cueva aquella desapacible noche en que se dejo rendir había mejorado, tenia causas por las que luchar; volvió a levantarse, sacudiéndose el polvo del camino y comenzando a avanzar de nuevo afrontaba lo venidero con esperanza.

Con ese sentimiento observó a su pequeño Rebrote de Teldrasil, que animado mágicamente le acompañaba en todas sus aventuras, el pequeño árbol se desperezaba al tiempo que un adorable bostezo abría su boca de par en par.

-Esperanza-pensó-toda planta necesita tiempo para crecer y madurar.

Una difuminada sonrisa se apoderó de sus carnosos labios, e inspirando profundamente se transformó en un venado y comenzó a corretear entre los árboles, dando saltos y cogiendo velocidad en los claros despejados.
Detuvo su carrera en seco, y ojo avizor escudriñó el terreno a su alrededor, olfateó el aire y algo más relajada atendió a las jugosas bayas de un color rojo brillante que se encontraban ante ella.

Una punzante idea atravesó sus pensamientos, adopto su forma voladora y emprendió camino hacia el Valle Sombraluna. Sobrevoló los vastos territorios de los Reinos del Este, disfrutando de la privilegiada vista que le ofrecía la altura: gente atareada en su quehaceres diarios, otros atendiendo las peticiones de los mecenas que llenan de oro las bolsas de los aventureros mas valientes... absorta en intentar descifrar el porque de cada tarea llegó a la torre de los magos.

Accedió al portal de las Tierras Devastadas y en cuestión de segundos se encontró ante el Portal Oscuro,el cual atravesó sin miedo a diferencia de la primera vez, que temerosa e inexperta no sabia lo que encontraría al otro lado, ahora ara diferente y tomó rumbo hacia el Templo Oscuro.

Allí aguardaba Illidan Tempestira,el autoproclamado señor de Terrallende blandiendo sus dos gujas y alardeando de la falta de preparación de sus enemigos con su famosa frase:

"No estáis preparados"

En su forma felina Diosadulcine cruzó todas las estancias del Templo en compañía de su amiga Hebihime,una humana Caballero de la muerte, dejando a su paso un rastro de cadáveres.
Por fin llegaron a la terraza superior donde el gemelo de Malfurion esperaba arrodillado y concentrado la llegada de las desafiantes visitantes.
-Akama,tu hipocresía no me sorprende, debí acabar contigo y con tus malogrados hermanos hace tiempo-grito el Traidor desgarrando el tenso silencio.

-Hemos venido a poner fin a tu reinado Illidan-replicó el Tábido, líder de los Lengua de Ceniza-Mi pueblo y todo Terrallende será libre.

-Audaces palabras,pero no me convencen.

-Ha llegado la hora es nuestro momento.

-¡¡¡NO ESTAIS PREPARADOS!!!.

El Traidor inició el ataque abalanzándose contra Akama,Hehibime se interpuso y consiguió que el corrupto elfo centrara toda su rabia en ella,mientras Diosadulcine aprovechaba para descargar toda su furia felina atacándole por la espalda.

Sin previo aviso Illidan se alzó en el aire.

-No me tocará una chusma como vosotros -Sentenció- Contemplad las llamas de Azzinoth.

En ese instante aparecieron dos elementales de un brillante fuego verde

-Sentid el odio de 10.000 años,no sabéis nada sobre el poder.-Decía desde su posición elevada mientras nos miraba luchar contra los elementales.
Una vez los derrotamos,descendió y volvió a cargar contra la Caballero de la muerte,sus gujas chocaban contra la espada de Hehibime con asombrosa velocidad y tras la venda de sus ojos un inquietante resplandor se hacia cada vez mas potente.

-¿Esto es todo mortales?¿Es esta toda la furia que podeis reunir?-Preguntó con arrogancia.

-Su furia no es nada comparada con la mía-dijo una femenina voz mientras de entre las sombras aparecía su figura.Era Maiev.

Maiev Cantosombrío fué la carcelera de Illidan durante su encarcelamiento en las profundidades de Hyjal y su persecución aun perduraba.

-Illidan,temenos asuntos pendientes-dijo con seguridad.

-Maiev,¿como es posible?

-Por fin concluye mi larga caza.¡Hoy se hará justicia!.Esta vez no habrá prisión para ti.

Tras estas palabras atacó con ira e Illidan respondió a la provocación,mientras Hehibime y Diosadulcine aprovechaban para descargar sus ataques contra el.

La espada de la humana rasgó el costado del elfo con un profundo corte, los múltiples arañazos provocados por la felina druida sangraba abundantemente,debilitado cayó de rodillas ante la complacida mirada de la cazadora.

-Se acabó,has perdido.

-Has ganado...Maiev.Pero la cazadora no es nada...sin su presa...tú no eres nada...sin mi.-y entre estertores y ruidos de dolor Illidan se desplomó sobre el suelo regado de sangre.

-Tiene razón,no siento nada...no soy..nada.Adiós campeones...-dijo acongojada antes de esfumarse entre las sombras.

Hehibime y Diosadulcine se miraron mientras recuperaban el aliento y observaban satisfechas el cadáver de su rival.

La elfa de melena argenta se acercó al los restos y quitó la venda negra de sus ojos.

-Ahora,la Visión Maldita de Sargeras* me pertenece, cubriré mis ojos con el negro de una maldición para no olvidar nunca que el ansia de poder corrompe.

Se puso la cinta y en su forma de cuervo alzó el vuelo alejándose de allí.




*http://es.wowhead.com/item=32235

*http://es.world-of-warcraft.wikia.com/wiki/Illidan_Stormrage

*http://es.wowpedia.org/Akama

*http://es.world-of-warcraft.wikia.com/wiki/Maiev_Shadowsong