Cubierta por mi capa azul celeste me encaminé a toda prisa hacia su taller.
-Demasiado tiempo sin "incordiarle" con mi presencia y mi incesante parloteo-Pensé mientras una sonrisa pintaba mi rostro y en mi mochila una botella de su vino favorito (o al menos eso creo)aguardaba ser degustada por su exigente paladar.
Toqué a la puerta de madera reforzada con los nudillos, mientras del interior cesaba un chirriante ruido y se escuchaba un murmullo...
-Yaaaa coñooo ¿quien será?.
Se abrió chirriando y allí me hallaba yo, con mi mas amplia sonrisa, luciendo el tabardo de Nobleza, mi toga azul ribeteada de dorado y mi capa de viaje.
-Jefe ¿me echabas de menos?
-No-respondió él dejándome clavada al suelo-anda pasa, que hay de pie te van a tomar por un muñeco de entrenamiento, eso sí, dile a tu agostizo que no me queme las sillas.
El olor a metal del taller me era tan familiar que hasta me parecía agradable, la Llave de Arcoluz, puñados de tornillos de diferentes materiales, robots en forma de animales...virutas de hierro y madera formaban parte de la alfombra a los pies de su mesa de trabajo, un ordenado caos, los dominios de este ingeniero.
-He venido a visitarte y traerte un encargo de parte de Diosadulcine, unas barras de acero vivo para algo en lo que estas trabajando me ha dicho.-Anuncié mientras tomaba asiento junto a la mesa auxiliar.
-¡Estupendo! llegan justo a tiempo, estoy enfrascado en el diseño de una montura voladora mecánica revolucionaria ¡un Gólem volador! fuerte pero ligero, con múltiples funciones que....-se perdió en detalles técnicos que yo no alcanzaba a comprender.
-Para Jefe, que cuando hablas de tecnicismos de ingeniería me pierdo...¿tienes sed? he aprovechado para traerte este vino y para pedirte un pequeño favor...
Sin mediar palabra trajo unos vasos y se sentó frente a mi para escuchar mi petición.
-Verás, hace unas horas estuve en Karazhan, quería consultar uno de los libros de Nileas Aran, que por cierto su sombra aun pulula por su biblioteca y me ha dado un susto de muerte, y he encontrado a tres pequeños cachorros de lobo, solos merodeando por el escenario de la opera.Puedo hacerme cargo de uno,pero juntos no dejan de pelearse y me tienen el salón destrozado,otro se lo quega Manoel,va a enseñarle a morder los tobillos de los Hordas y mi opción para el tercero eres tu...¿lo adoptarías?.
De detrás de mi salió el animal, mirando al brujo con sus enormes ojos abiertos de par en par.
-Que mono...digo perro,digo lobo,digo...que mono...¿come de todo?.
Una sonora carcajada brotó de mi garganta mientras el cachorro de licántropo nos miraba extrañado
-Potopo cuidara de ti, pórtate bien y no incordies a sus demonios sobretodo al pitufo digo..al abisario...por tu bien.
-Bebamos-dijo el gnomo mientras buscaba entre un montón de pergaminos-Tengo que comentarte ciertas cosas sobre la hermandad...
(¿Continuará? nunca se sabe xD)
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