lunes, 26 de julio de 2010

Nunca mas.


Descendí del barco,al fin mis pies tocaban las gélidas tierras de rasganorte,gracias a las recomendaciones de Evenstarson tenía muy a mano un grueso abrigo de suave cuello.
Acurrucandome tras el,mire a mi fiel compañera Diosafelina y con un leve gesto de mi cabeza,empezó a caminar a mi lado entornando los ojos para acostumbrarse al frío y cortante viento.
Hable con los diferentes instructores de profesiones,pues el nuevo continente requeriría mayor destreza por mi parte para extraer los minerales de las entrañas de la tierra y las pieles de los animales,así como mejorar mis vendas,presentía que las bestias de rasganorte no me procurarían caricias precisamente.
Busque la posada,decorada de una rústica manera,pedí mi habitación y puse una tonta excusa, la cual no recuerdo, para no tener que dejar a DiosaFelina en el establo,me siento tremendamente insegura si no esta a mi lado,forma parte de mi y yo de ella,somos una.

La habitación era confortable y dotada de chimenea,encendí el fuego...solo el crepitar de las llamas rompían el silencio,a través de la ventana contemple el yermo paisaje de Tundra Boreal bajo una ventisca cuyo recorrido del viento,dibujando espirales suspendidas en el aire,era visible gracias a los copos de nieve.
Mi compañera tomo posiciones frente al fuego y relajada dormitaba,si ella estaba así de tranquila ningún peligro acechaba por ínfimo que fuera,nada escapaba a su control.

De repente ocurrió,mire mi mano...allí estaba mi solitario de diamante,impecable como si acabara de ponermelo por 1 vez,lo retire lentamente del dedo corazón de mi mano izquierda y leí la inscripción grabada en su interior,una incumplida petición.
Un horrible sentimiento de rencor me domina mientras aprieto con fuerza el anillo en mi mano y un caudaloso llanto recorre mis mejillas.
Mi mirada se pierde en las danzantes llamas y veo su rostro,una gran lengua de fuego devora su imagen recordandome que no soy su dueña y culpandome de que no reposa aun,su recuerdo trae dolor,he de desterrarlo y liberarme para liberarlo.
Dominada por un intenso llanto me acerco a la barandilla de la pequeña terraza que da al mar del norte miro la joya por ultima vez y la lanzo a las profundidades del gran azul.
Allí reposara,junto a un pedacito de mi corazón,para no volver jamás.
El húmedo hocico de DiosaFelina toca la palma de mi mano y acaricio su cabeza

-Vamos dentro mi fiel felina,este frío congela el alma.

Cerrando tras de mi la pequeña puerta respiro hondo dispuesta a comenzar una nueva etapa.

martes, 20 de julio de 2010

Dominio

Nuestras agitadas respiraciones componen el melodioso preludio de la bella música del placer lo que provoca que el deseo crezca hasta limites insospechados.
Conforme sus poderosas manos me acarician mis exquisitas formas de Draenei van saliendo a la luz de nuevo desapareciendo así la licántropa forma que me había dominado.
Mi agresividad no cesa,pero ya no le veo como una amenaza,sino como el poseedor de la llave de mi lujuria.
Mordisqueo mi labio inferior,en su gesto se dibuja el deseo y se abalanza a mi boca,nuestros labios se encuentran,haciendo gala de timidez al principio,pero el hambre ya nos domina y su lengua conquista la morada de mi voz haciendo que mi,ya jadeante,respiración tome el compás de la suya.
Poco a poco va tomando el control sobre mi,incorporandose,al final termino acomodada en su regazo,nuestros labios no cesan de buscarse, rodeandome con sus brazos y mis dedos enredados en su pelo, justo en su nuca.
Su erguida masculinidad tienta a mi deseo mientras de mi emana el dulce néctar de la locura.
Demostrando su buena forma física,se levanta del sillón y me lleva en volandas hasta la mullida piel de oso que hace las veces de alfombra frente a la chimenea.
Sus manos recorren por completo mi figura antes de adueñarse de mi irrumpiendo con su firmeza en mi cálida gruta,delicioso explorador que se aventura en mis secretos.No puedo reprimir mi antojo de saborear mi trofeo,ganado al domeñar al que osaba domesticarme,llevandolo a un repentino jadeo incontrolado.
A veces dominada y otras dominando,en diferentes asaltos,el placer nos colma llevandonos en varias ocasiones a ambos a un delicioso éxtasis,erguida sobre el,cual amazona,consigo arrancarle un ultimo y exhausto orgasmo para dejarme caer a su lado. Un reparador sueño nos invade,mientras mi castaña melena se derrama sobre su pecho.
¿quien es ahora la presa?¿quien el cazador?....