miércoles, 23 de diciembre de 2009

Magia....


Desde el mismo lugar en que he contemplado a mi hermana Elfa decido pasear por las diferentes ciudades.Se respira el aire festivo del Festival de Invierno en todas ellas,un gran árbol decorado adorna la entrada del banco en Forjaz,paquetes envueltos a sus pies y sentado en su silla el Gran Padre de Invierno que promete bonitos presentes a los aventureros que cumplen unas sencillas tareas para el.

Esta vez solo podré ver desde mi retiro este gran festival,pero soy hechizera y guardo un naipe de la Luna Negra en la manga de mi toga....3 magos amigos míos,venidos desde muy lejos,les he pedido a través del Intelecto que me ayuden a reunir lo necesario para poder salir de mi retiro,desgraciadamente no disponen de los recursos necesarios por ahora,tendré que enseñarles algún hechizo y lo haré encantada...

Desviando hacia un lado la cabeza,paso mi mano por el espejo para que desaparezca la visión;aun así el espíritu del festival no me abandona:

Unas pequeñas bolas de fuego dibujan la forma de un árbol,cada una en una punta,conjuro algunas gemas de mana y las coloco a modo de adornos,utilizando el cono de frío giro alrrededor de el y una brillante guirnalda helada rodea mi mágica creación,finalmente mi aliento de dragón corona el mágico árbol con una palpitante llama con la forma de la testa de un desafiante draco.
Bajo el,coloco mi muñeco de trapo,mi brazalete y mi tabardo de Nobleza;invernales presentes que se me concedieron por adelantado.

Una potente explosión de fuego combinada con un fogonazo,una nova de escarcha y unos misiles arcanos iluminan el precioso conjunto como la hilera de luces mas brillante jamás vista.
Ni el mas recóndito de los lugares me arrebatara la esperanza....

Desde lo mas profundo de mi ardiente corazón envio a todos aquellos a los que quiero montañas de besos de fuego arcano....¡Feliz Festival de Invierno a todos!

sábado, 19 de diciembre de 2009

Privilegio.



Una figura gatuna se adivina a través del espeso manto de agua que baña cada rincón,por recóndito que fuera,de Marisma de Zangar.
Sentada,con la pose de un esfinge, sobre una de las inmensas setas que dominan la zona,deja que el aguacero lave los sangrientos restos de una reciente batalla con un Caminante de la Marisma,en su búsqueda de las esporas,de las que son poseedoras y que resultan muy útiles para cocinar una deliciosa golosina para las mascotas de los cazadores.

En su memoria se dibuja claramente el relato de Evenstarson,explicandole el porque de su gusto por este pantanoso lugar:

-Los tonos azulados de un exquisito brillo,poder sobrevolarlo me regala paz;aquí viví muchos especiales momentos,sola y en compañía,mi paso por aquí lo marcó la ternura y la amistad.Si algún día tienes ocasión,sube a uno de los grandes hongos y disfruta del silencio;Diosadulcine busca tu paz interior aquí,como Druida que eres la necesitas,necesitas esquilibrio....

Adoptando su forma voladora,aguarda un instante para ponerse en comunión con los espiritus de la naturaleza y emprende el vuelo,siguiendo los consejos de la maga;coge altura,planea,revolotea entre los hongos, con la punta de sus alas acaricia la superficie de los lagos bajo la asombrada mirada de las Nagas....
Un sentimiento de libertad pulsa en su corazón provocando cada latido,la tromba de liquido proporcionador de la vida no le impide alcanzar su propósito y así,adquiriendo velocidad se funde con el paisaje.
Finalmente,se detiene sobre una azulina y extraña cascada,recuperando su esbelta y estilizada forma de Elfa de la Noche rompe a llorar.

Desde mi hechizada ventana contemplo a la Druida deshacerse en llanto,tras observar,como privilegiado testigo,la conmovedora escena completa anhelo mi libertad,pero se que aun no es el momento....

domingo, 13 de diciembre de 2009

Destino.

En la confortable habitación de Firmanvaar comencé a preparar la mochila con algunos objetos necesarios para el viaje que debía emprender,mientras el anciano maestro me decía:

-Debes aprender a controlar tu nuevo don,pero esa tarea debes llevarla a cabo sola.Dirigete hacia El Exodar,los restos principales de nuestra nave,en tu camino encontrarás valiosos aliados,aprende de ellos todo lo que pueden enseñarte;en la cuidad busca al Clarividente Nobundo,su sabiduría es mucho mayor que la mía.Los Señores de los Elementos te necesitan Sejmët.

Un abrazo repleto de cariño y admiración brotó de mi y no pude reprimir regalarselo.Por ultimo introduje en mi mochila agua y algo de pan,el traje verde de aprendiz de chaman regalado por mi maestro resultaba bastante cómodo y en la cintura mi maza de madera;me disponía a salir cuando la firme mano de Zalduun me detuvo en la puerta:

-No puedes partir sin esto-me entregó unos paños de lino-haz vendas para curarte,tejelas tal como te enseñe,y....esto...lo encontré esta misma mañana antes de tu regreso de la prueba,en tu ausencia investigue y descubrí algo importante.
Depositó en mis manos un papiro,al analizar su contenido el llanto inundó mis ojos.

-Si Sejmët,tienes una hermana y por fortuna ha sobrevivido al accidente,se prepara como Paladin cerca de El Exodar,su nombre....Musazul,este pergamino es la prueba,conservalo.

La sensación que comprimía mi corazón había desaparecido,ya conocía aquello que debía buscar...era mi hermana.Ahora debía cumplir mi tarea de ayudar a los Elementos y reencontrarme con Musazul para recuperar el tiempo perdido,pero...¿sabrá ella de mi existencia?.
Agradecí al sacerdote tan alegre revelación,guardé el pergamino en mi bolsa y fui hacia el camino que me llevaría hacia mi destino.

Solo una vez miré atrás,mi maestro me decía adiós con la mano con la tristeza reflejada en su cansado rostro,pero también se marcaba la satisfacción de ser el responsable de haber guiado mis pasos,sus ultimas palabras fueron:

-Tu camino esta a tus pies,solo siguelo.

La luz anaranjada del sol ocultandose hizo desaparecer mi silueta mientras me alejaba....

Sejmët.


Me dirijo al lugar indicado por Firmanvaar,mientras busco el significado de mi nuevo nombre intentando descifrarlo,mi única arma es una rudimentaria maza de sólida madera,con ella combato a todo aquel que me desafía intentando detener mi viaje,sorteo trampas y emboscadas tendidas por las criaturas del bosque contaminadas de sombra y mal.
Por fin alcanzo mi objetivo,una inquietante calma domina el lugar,una estrecha senda entre dos montañas que muere en lo que parece un pequeño valle solo poblado por algo de pasto.Sin dudarlo mis seguros pasos me hacen avanzar hacia ese paso,por sorpresa ante mí un gigantesco árbol espectral hace su aparición,aun con su gran tamaño no provocó el mas mínimo ruido.
Su mirada se clavó desafiante en la mía;comprendí entonces que iba a producirse un duro enfrentamiento pero no adopté postura de ataque alguna para conocer antes sus intenciones;tomando la palabra dijo:

-Ha llegado el momento de tu prueba,ahora sabrás si eres merecedora y estas lista para poseer el don del poder de la tierra.Yo soy su espíritu,la forma visible para los vivos que lo anhelan,por tanto soy portador de tan preciado poder.-su voz era suave pero a la vez similar a un terremoto-¿De que lado estas,Sejmët?.
Desapareció y tras el pude ver el valle antes vacío,ahora repleto de Elementales de Fuego,Aire y Agua que atormentaban y destruían a los de Tierra,sin reflexionar me dirijí corriendo hacia ellos con la sola idea de defender a los indefensos Primordiales Terrestres que eran inferiores en número;me enfrente a uno de Fuego,otro de Agua y otro de Aire, los tres liberados tras inclinarse agradecidos,desaparecieron.
Preparandome para seguir luchando,el combate quedó congelado,el tiempo se detuvo.

-Has demostrado tu fidelidad jovencita-el Espiritu del Arbol había vuelto-acercate.

Guardando mi maza obedecí y al llegar a su lado me entregó un objeto,una pequeña talla de madera con una extraña forma que irradiaba un fulgor verde.

-Llevasela a tu maestro.-diciendo esto desapareció y el paraje quedó de nuevo solitario.

Antes de iniciar el camino de regreso,un sentimiento me estremeció y conocí el significado de el nombre que portaba ahora.Regresé sobre mis pasos hasta llegar al Valle Ammen donde se encontraba Firmanvaar mi mentor,me dirijí a su casa pero no estaba allí,asique fui hacia el resto mas grande de la nave que quedó en la zona,donde se había instalado la enfermería,de seguro estaría ayudando a Zalduun,el instructor de Sacerdotes,a curar a los heridos que continuamente van llegando.
Efectivamente allí estaba:

-Maestro,traigo un valioso fardo que te pertenece.

-No...no me pertenece a mi sino a ti,el espíritu de la Tierra ha confirmado mis sospechas Sejmët,eres una Chamán,lo que posees es el poder es la capacidad de invocar poderosos totems para que te ayuden a combatir a tus enemigos;en este caso con la fuerza de la tierra-extendió sus manos sobre mi y en mi mente se formarón unas extrañas palabras-Pronucialas sin miedo-me dijo.

-Piel de piedra-al momento un tótem surgió a mi lado,sus vibraciones hicieron que mi piel se volviera sólida como la roca,como si una montaña cubriera cada centímetro de mi cuerpo.

-Ahora comienza tu aventura Sejmët,debes iniciar un largo y peligroso viaje,ven, vamos a casa y te daré algunos detalles.

Asombrada aún seguí a mi respetado anciano,sedienta de conocer el destino que me aguarda....

La Draenei sin nombre.

Como cualquier Draenei,mi pasado está oculto tras la nube de polvo provocada por el accidente,pero tengo mi presente y un futuro aun por desvelar.
Un doloroso pinchazo en las sienes mi despertó,tumbada en una mullida alfombra de hierba y a mi alrededor humeantes restos de la gran nave.Aturdida,intenté levantarme,la sensación de tener todos los huesos de mi cuerpo molidos me obligó a que mi incorporación fuera lenta,al volverme contemplé en la lejanía el que fue mi hogar incrustado en el suelo y muchos de mis hermanos de raza esparcidos por el suelo;algunos volviendo en sí,otros inconscientes y otros....muertos.
A pesar de mis esfuerzos no conseguía recordar nada,pero mi corazón me decía que alguien me necesitaba,aunque era incapaz de saber quien.

Mis fuerzas me abandonaban y justo cuando iba a desplomarme,en lugar de sentir la dureza del suelo me abrazo el calor de un cuerpo;unos brillantes ojos pude contemplar antes de desmayarme por completo.
Al recuperar el conocimiento me encontraba en un confortable diván situado en una destartalada pero aun acogedora habitación,restos del esplendor y la belleza de mi reino mezclado con lo que quedaba de el...
Una figura se acerco a mi:

-Suerte que te encontré a tiempo-una amplia sonrisa acompaño su frase-Soy Firmanvaar,instructor de Chamanes,te encuentras en los restos de lo que fuera mi habitación;aquí daba mis clases y también me servía para descansar,¿cual es tu nombre?.

-¿Que ha pasado?-pregunté-no recuerdo nada,solo muchos Draeneis esparcidos por el suelo y la gran nave alojada en la tierra como una planta en busca de nutrientes con sus raíces.

Al mencionar yo la tierra su rostro se iluminó y con calma me explicó lo del accidente,estupefacta escuché con atención su relato.
-Despues de esto-continuó-los elementos están siendo atacados y si ellos sufren nosotros también,recuperate pronto,te necesitare llegado el momento para que me ayudes a salvarlos,yo soy demasiado viejo pero tu fuerza y tu juventud podrán hacerlo.

-Te ayudaré,pues busco recuperar algo que se que tengo que buscar,pero no consigo recordar que es...

Tras varias semanas bajo los atentos cuidados del anciano sentí por completo renovadas mis fuerzas,este sabio combinaba recorfortantes alimentos con clases sobre los Elementos,cuanto mas sabía mas deseaba aprender,mi cuerpo y mi espíritu se regeneraron plenamente.
En una de sus lecciones me dijo:
-He pensado un nombre para ti,Sejmët.Pronto estarás lista para conocer su significado.

Comenzé a realizar pequeñas tareas para ayudar a mis hermanos heridos;eliminando plagas de plantas que se comportaban de una extraña forma,aprendiendo a aplicar ungüentos y vendas,etc...hasta que un día mi ahora preceptor me envió a la búsqueda de un espíritu,alegando que ya estaba preparada y que era de suma importancia la tarea que me encomendaba.

sábado, 12 de diciembre de 2009

El inesperado regalo de Evenstarson.


Impulsada por una extraña fuerza me dirijo hacia el centro de la alfombra; marcado por una esfera formada por una guirnalda de lirios atigrados y hojas de eucalipto trenzadas.Me siento adoptando una cómoda postura,mi melena comienza a elevarse,una corriente estática me recorre por completo y a mi alrededor una luz rojiza me envuelve,ante mi aparece un pergamino enrollado.
Lo despliego y en alta voz leo su contenido,al instante seis mágicos objetos se colocan frente a mi en fila:
Un frasco de agua pura,un abisario de reducido tamaño,una afilada espada,un puñado de luz,un escudo con forma de loto de escarcha y un tótem de color azul claro.
Escudriño cada uno de ellos y de mis labios brota una palabra:
-Magia.
Se unen formando una sola cosa,un brazalete cuyo brillo se va haciendo tenue hasta extinguirse;el color dorado de la luz adopto el material del que estaba echa,el oro.
En ella vi claramente unos signos grabados:
Con forma de gota de agua una aguamarina,de acero una espada,con un trocito de venda de azul tejido de escarcha una cruz,de roca un escudo y por ultimo una estrella de seis puntas de jaspeada y azulada piel de demonio,en su interior unas iniciales del color del fuego; D.I.M.B.S.M.
Suspendida ante mi en el aire me levanto lentamente y la tomo,el material se vuelve cálido,siento la presencia de las artífices de la mágica joya:Diosadulcine,Idem,Mueteosuto,Burbunja,Sejmët y Musazul,mis queridas compañeras.
De mi corazón mana el mas profundo de los agradecimientos y estoy convencida de que ellas lo sienten pues nos guía la misma mano invisible...

Idem aprendiz de Bruja.


Un agitado gnomo llegó por la escalera e hizo una reverencia ante uno de los humanos que vestía una basta túnica oscura,
tras inclinarse dijo:

-Maestro-intentando recuperar el aliento hizo una pausa-¿he llegado tarde para mi examen de invocación?.

El individuo de lóbrega toga no articuló palabra alguna,solo llevó a cabo un leve gesto ante el cual el pequeño postulante se colocó junto a la hoguera, se concentró unos segundos y dijo:

-Invoco el poder de la oscuridad,Diablillo acude a mi llamada.

Un silencio siguió a sus palabras,el maestro tomó la palabra:

-¡Fuera de mi vista!-gritó-cuando aprendas a llamar a tu esclavo será demasiado tarde y te habrán matado tus adversarios,lastima...he perdido mucho de mi valioso tiempo contigo...

El gnomo avergonzado desapareció corriendo.Aquellas palabras que había pronunciado se grabaron en mi memoria;instintivamente las pronuncié en voz alta sin saber muy bien que ocurriría:

-Invoco el poder de la oscuridad,¡Diablillo acude a mi llamada! ¡ahora!.

De mi bolsa brotó un intenso calor,al abrirla la piedra había desaparecido y un pequeño ser verde surgió a mi lado;daba pequeños saltos y me miraba fijamente;a su alrededor un aura de luz del mismo color que su cuerpo pero algo mas claro,sus dedos finos y largos,su nariz puntiaguda y sus ojos del color de un cielo nocturno sin estrellas,con una crispante voz dijo:

-¡Claro,manda al esbirro obediente!.

Mi asombro no me permitió darme cuenta de que todos los que se encontraban en aquella sala quedaron estupefactos ante el diablillo recién invocado.

-¿De donde ha salido ese Diablillo?no puede ser del gnomo su poder era insuficiente y su invocación fallida-dijo uno de ellos visiblemente sorprendido.

En ese justo momento el efecto de mi poción escondite desapareció y emergí junto a mi pequeño compañero aducido.

-¿Has invocado tú a este ser?¿y que estas haciendo tu aquí?-me interrogó el Gran Brujo.

-Creo que si,pronuncie las palabras que oí al gnomo...yo...venía a entregarles una extraña piedra que hallé en el bosque pero el posadero no me dijo donde encontrarles,usando una poción de invisibilidad entré sin ser vista y no he podido evitar aguardar para observar que hacían...yo....-un gesto de su mano me hizo callar.
-Esta bien,entrégame la piedra ahora y vete.-me conminó.
-No puedo,ha desaparecido justo antes de que apareciera el verde ser.

-Muchacha,hay en ti un innato don....¿sabes que este pequeño es un diablillo procedente del infierno y que ahora tu puedes controlar?.A tu y solo a ti obedece ahora...

Mi mirada extrañada se clavó en el canijo demonio mientras seguía brincando a mi lado.
-Ordenale que se vaya,estoy convencido de que sabes hacerlo...
Tomando aire profundamente extendí la mano sobre el y dije:
-Vete ahora,tus servicios no son necesarios,vuelve al Averno y espera mi llamada.
Ante mis ojos se esfumó.
-Acabas de hablar demoniaco,una lengua que solo los demonios y aquellos que la han aprendido conocen,¿alguien te lo ha enseñado?.
Con un gesto de mi cabeza negué haber recibido clase alguna.
-Es extraño-continuó el nigromante-la piedra que encontraste no debería haber desaparecido al invocar a un diablillo,pues la piedra de alma no es requerida para tal conjuro,en cualquier caso es evidente que posees un grandes dotes para la brujería,a partir de ahora yo guiaré tu aprendizaje, toma ponte esto....
Me entregó una toga de un color rojo sangre,granate,era la toga portada por los aprendices de brujo.

Y así comencé a aprender lo que se sobre demonología,4 demonios diferentes están a mi servicio ahora; un diablillo,un abisario,una súcubo y un magnáfago;cada uno de ellos perfecciona sus habilidades al tiempo que yo hago lo propio con las mías.

Pero algo de mi pasado perturba mi presente....aquel Elfo de Sangre que salió corriendo de mi casa el día que me hice aprendiz de bruja y la desaparición de mi padre el mismo día.
Aún sigo su pista y una extraña sensación me dice que pronto descubriré algo....

La piedra misteriosa y la curiosidad de Idem

Crecí junto a mi padre,aprendiendo a leer y escribir,así como a cocinar,limpiar y las tareas normales de una casa con ganado;era consciente del amor que me profesaba pero estaba demasiado ocupado con sus entrenamientos y sus espadas y me sentía sola.

Cierto día,estando en el bosque ordeñando a nuestra vaca un extraño brillo llamó mi atención,dejando de lado mis tareas me dirigí hacia el lugar del que procedía la enigmática luz;oculta entre el forraje encontré una pequeña piedra que emitía una palpitante luz rosada.
No sin desconfianza,la tomé y la guardé en mi bolsa,rápidamente me dirigí al Barrio de los Magos para preguntar a los sabios taumaturgos que era aquella rara piedra.
Tras mostrarsela,unos de ellos me informó de aquel objeto no era de su competencia,indicandome que me dirigiera a la Posada El Cordero Degollado,para entregarsela a los eruditos en Nigromancia:

-El objeto que portas es peligroso sino se conoce su uso,podrías desatar los poderes del infierno y no sabrías controlarlos.

Con paso firme y una gran curiosidad me dirigí hacia aquella Posada;al entrar me sorprendió que no hubiera mesa ni silla alguna,una solitaria barra tras la cual un sombrío camarero aguardaba algún cliente.

-¿Donde puedo encontrar al gran instrucctor de brujos?-pregunté al raro personaje.

-¿Eres bruja?-respondió cortante-si lo eres sabrás donde encontrarle,sino no lo sabrás,no desean llamar la atención ni ser molestados asique largo de aquí.
Por todos era sabido que este posadero era un brujo frustrado, se encargaba de proteger el lugar de reunión de esta clase tan misteriosa a cambio de asistir a alguna de las clases de conjuros, no tenía poder suficiente para controlar ciertos aspectos de la brujería.A causa de esto su carácter era agrio y desagradable.

Malhumorada salí de la Posada,pero no iba a darme por vencida tan fácilmente,soy muy testaruda y tenía que averiguar para que servia esta piedra.
Una idea me asaltó; ya sabia que hacer para conseguir mi propósito;a través de la Hermandad contacté con Evenstarson y le pregunté donde podía conseguir una poción de invisibilidad y ella misma me la proporcionó.

Oculta en una de las callejuelas cercanas al Cordero Degollado ingerí el brebaje;que dejó un sabor agridulce en mi garganta;y una vez invisible penetré en el local,el distraído tabernero no notó mi presencia,pues unos pergaminos y una botella de vino casi vacía le tenían demasiado ocupado.
Descendí por unas escaleras y al llegar abajo me encontré en la entrada de una habitación solo iluminada por una hoguera situada en el centro,enigmáticos personajes conversaban en voz baja,aprovechando mi invisibilidad aguardé en silencio para observar que hacían pues era consciente de que al entregar la rosada piedra me expulsarían de allí sin demora.
Tras una silla y apoyada en la pared permanecí atenta a lo que allí sucedía....

Idem

En una humilde casa en el Bosque de Elwing ese día era alegría, un hormigueo de mujeres que entraban y salían y un hombre de oscura barba que daba nerviosas vueltas en el exterior junto a un manzano, dentro una mujer gritaba de dolor.

-Tranquilo,los dolores de un parto pueden arrancar gritos que ni una espada atravesando una mano podrían; la vida se abre paso y es doloroso-le intentó calmar la partera con una sonrisa.

Poco consuelo le otorgaron esas palabras al Paladín, oír los dolorosos gritos de su mujer no le permitían encontrar sosiego,finalmente una de las atareadas mujeres salió fuera y le dijo:

-¡Una hermosa niña ha llegado a su casa!.

Una ruidosa risa del recién estrenado padre acompañó la noticia,pero al intentar entrar la mujer se lo impidió alegando que el alumbramiento aún no había concluido.
Los gritos cesaron dejando paso al llanto de una pequeña;el corazón del Paladin se colmó de alegría.

Finalmente se abrió la puerta,una a una las mujeres fueron saliendo,la ultima portaba el precioso fardo,sus rostros eran sombríos;una de ellas tomó la palabra:

-Mi señor,la madre no ha podido soportar el parto.
Consternado cayó de rodillas invadido por un amargo llanto,al recibir a su hija en sus brazos la estrechó contra su pecho,sabiendo que en ella volcaría toda la ternura y el amor que poseía.

Así comenzó la vida de Idem,marcada por la tristeza.

-Hummm,Even si no t importa contaré yo misma mi propia historia.A los brujos no nos gusta que se entrometan en nuestros asuntos.

martes, 1 de diciembre de 2009

El Ritual

Diosadulcine tomando la palabra dijo:
-Que cada una disponga lo que debe;comencemos.
Ídem invoco a Zangpog,su abisario;un demonio de un color azul fuerte con grandes brazales dorados,en lo que parecían formar sus muñecas;flotando alrededor de ellas apareció un trazo negro en el suelo,dibujando el recorrido del etéreo ser.Una vez terminado su paseo observaron el resultado: un gran circulo con una estrella de seis puntas dentro.

Diosadulcine coloco en una de las puntas de le estrella el pequeño frasco de agua de la fuente del templo de Darnassus al tiempo que decía:
-La magia de los Druidas.
Burbunja dejo una brillante y afilada espada en otra de las puntas:
-La hoja para el combate de los Guerreros.
Sejmët puso en otro de los extremos un totem corriente de sanación:
-Un tótem sanador para que cure tus heridas de los Chamanes.
Mueteosuto deposito un escudo con la forma de un Loto de Escarcha:
-La protección de los Caballeros de la Muerte para esquivar los envites del enemigo.
Ídem ordeno a su abisario que se pusiera en otro de los extremos de la estrella y dijo:
-El poder del Averno para que luche a tu lado de los Brujos.

Un fulgor iluminaba cada uno de los objetos;pero aun quedaba una de las puntas de la estrella vacío y el circulo estaba incompleto,una voz se oyó mientras la femenina mano depositaba en el lugar desnudo un puñado de luz envuelto en una fina tela:
-El poder de la luz de todos los Paladines para que ilumine tu oscuridad.
Musaazul,Draenei Paladin,miro a sus compañeras y sonriendo dijo:
-Siento el retraso,pero he llegado a tiempo ¿no?.

Al unísono,las seis pronunciaron la frase que provoco que una gran luz las cegara:
-Invisible mano que nos guía,haz llegar a Evenstarson el poder de nuestros presentes,responde presta a su llamada auxiliala en su destierro.
Una vez recuperada la visión contemplaron que los seis objetos habían desaparecido y en el centro de la estrella se encontraba ahora un pergamino junto a un pequeño montoncito de polvo de color rojo palpitante.

El druida de verdosa melena que custodia la Tumba de Uther, se coloco junto al mágico tesoro y soplo levemente sobre el rojizo montón; en ese instante el enrrollado papel se esfumo y al tiempo el negro dibujo del suelo de antigua y gastada piedra,ni rastro de aquel ritual quedaba ahora en el paraje.
En silencio cada una de las participantes se retiraron para volver a sus ocupaciones,en sus corazones ardía la esperanza de que su intento no fuera en vano,rescatando a la poderosa Maga de la trampa del negro enemigo que la prueba a fuego y Soledad.

domingo, 1 de noviembre de 2009

El encuentro con Idem


Montan cada una en sus fieles transportes;la Elfa en un precioso tigre,la Chaman en su Elekk morado,la Gnoma en su mecánico zancudo y la Caballero de la muerte en su gran destrero de azules pezuñas.Tras una mirada comienzan su viaje hacia el embarcadero que las lleva hasta el navío con destino a Auberdine y desde allí hacia el gran puerto de Ventormenta.

La comitiva se dirige hacia el maestro de vuelo y toman un Grifo que las lleva hasta el Campamento del Orvallo en las Tierras de la Peste del Oeste.
Idem, una Humana las aguarda allí a lomos de su temible corcel de cuyas patas,ojos y boca brota un intenso fuego.Los negros cabellos cual azabache de la experta bruja están recogidos en un moño;su mirada es triste pero inspira el temor de la oscuridad.Su especialidad es la demonología pues lo que a cualquier mortal le causaría un intenso miedo,demonios provenientes de lo mas profundo del Averno,para ella son compañeros que la protegen,esclavos al servicio de su voluntad.

-Sabemos a lo que hemos venido-Aseguró con firmeza-hagámoslo pronto.Evenstarson nos necesita.

Asintiendo al unísono montaron y se dispusieron a seguir a la bruja.
Tomaron la senda que se encuentra a la derecha del cuidador de Grifos que atraviesa un tétrico cementerio repleto de enemigos.Para alguna de ellas estos oponentes son demasiado poderosos así que junto a Idem se coloca Diosadulcine,la mas poderosa de las cinco viajeras.

-En caso de un ataque os curaré y resistiréis-Sentenció.

Tras algunas refriegas con trágico resultado para los atacantes,ascendieron por una pequeña montaña y al descender encontraron su destino:La Tumba de Uther;Rey de los Paladines,valiente guerrero e inspiración y ejemplo para los pertenecientes a la Alianza.
Parecía que se proponían llevar a cabo la ofrenda anual al gran paladín pero tras realizar una respetuosa reverencia ante la gran estatua se colocaron en círculo...

sábado, 31 de octubre de 2009

Preparativos

Una misteriosa y excéntrica Gnoma camina junto a una Elfa de la Noche por los tranquilos puentes de Darnassus. En silencio y con pausados pasos se dirigen hacia el Templo.La gnoma;una Caballero de la muerte,posee un inquietante brillo en sus ojos.Su pelo, de un bonito tono azul está recogido en dos moños que le otorgan un aire aniñado que fácilmente hace desaparecer desenvainando la espada ante sus oponentes. La Elfa, alta y delgada, con unas marcas en su rostro, su melena recogida, es una Druida cuya especialidad es la forma felina aunque se afana en la forma de árbol también. En cada una de ellas desempeña su papel con seriedad,dañar a sus enemigos o curar a sus aliados.

Mueteosuto y Diosadulcine, miembros de Nobleza y muy queridas por Evenstarson, se detienen ante la puerta de su destino y se pierden en sus pensamientos.

En la mente de la pequeña Gnoma se proyecta el día de su llegada a Ventormenta tras librarse del maligno control del Rey Exánime. Fruta podrida, insultos, salivazos, acusaciones... así fue su recibimiento en la ciudad de grandes muros de piedra. Sólo la amable mirada de una maga la guió hasta el Rey Vorian, de quien consiguió el respeto de la Alianza.

Para la Elfa fue diferente, la maga requirió sus servicios en el arte de la Alquimia para ayudar con algunas pociones a una inexperta amiga suya. También se conocieron en Ventormenta mientras la Druida cumplía una original promesa. Prometió que al conseguir la experiencia necesaria para transformarse en Manzano, bailaría bajo dicha forma en la puerta de la subasta, la hechicera contempló divertida el cumplimiento de la promesa, una original danza llevada a cabo por un árbol.

Una Draenei se acerca a ellas, sus castaños cabellos al viento, una mirada de desconfianza a su alrededor es el único saludo entre ellas. Se trata de Sejmët, una Chaman que recibía la ayuda de Evenstarson desde hace poco tiempo, el suficiente para desarrollar un profundo respeto mutuo. Se encontraba en Paramos de Poniente con dificultades para derrotar a un grupo de gnolls que la habían acorralado, una potente descarga de magia arcana la liberó de la emboscada, tras proporcionarle unas pociones la maga desapareció en su Sable de Hielo no sin antes invitarla a formar parte de Nobleza.

Otra Gnoma se unió al grupo; una guerrera,Burbunja,que sujetaba su cabellera en dos coletas. Su experiencia aún es escasa pero la habita una fuerza semejante a la de de un humano muy amado por Even, Rammaru, el cual fue su maestro de clase durante un tiempo. Sobre esta pequeña pesa la responsabilidad de dirigir una hermandad, pero su corazón sigue en Nobleza de la que fue miembro durante un tiempo. Añora a Caztus y Pértalo, compañeras de aventuras desde los inicios de sus vidas adultas en Fórjaz, por el momento ha abandonado la búsqueda de experiencia.

"Cogeré el agua que precisamos"-Las palabras de Diosadulcine rompen el pesado silencio-y nos reuniremos con Idem en el lugar dispuesto.

En un pequeño frasco de frágil cristal transparente y con una tapa plateada sujeta con una fina cadena, la Druida recoge una pequeña cantidad de agua de la fuente que se encuentra en el centro del Templo de la Luna y se dirige hacia la puerta...

Atenea

Caminaba por la ciudad de Shattrath,situada en el extremo noroccidental del Bosque de Terokkar en el exótico Terrallende, descendí a la parte inferior de la ciudad, llamada El Bajo Arrabal. Orcos, humanos, trolls, gnomos...todo tipo de razas convivian olvidando los enfrentamientos, no sin dirigirse miradas de desconfianza.

Compré los materiales necesarios y me dirigí de nuevo a la parte superior,necesitaba encontrarme con el instructor de encantamiento. La gran ciudad está dividida en dos poderosas facciones, eternas rivales: Los Aldor y Los Arúspices. Me acerqué hasta el elevador que asciende hasta la sede Arúspice y entré en el gran edificio central.
Imbuí una toga recién cosida con algo de armadura extra para adquirir la experiencia necesaria para asimilar nuevos encantos, los cuales recibí del sabio instructor.

Al salir, se acercó a mi una Druida, Eöwen, y me propuso unirme a un grupo que se proponía desafiar al temido Grull. Acepté el reto y me uní a la comitiva. Entre ellos se encontraba una gnoma llamada Atenea, gran nombre de guerrera para una pequeña criaturita de asombrosas dotes para la brujería que adornaba su redondeado rostro con dos simpáticas coletas. En voz baja me dijo que estuviera tranquila, que si tenía alguna duda no temiera preguntarle, pues para vencer a este gran monstruo existían ciertos trucos que gustosamente me confiaría.

Y así fue. Tras unos consejos suyos y una dura batalla,el temido enemigo se desplomó pesadamente en el suelo de su oscuro cubil excavado en la roca. Un valioso botín fue repartido entre los gallardos combatientes y nos retiramos del polvoriento lugar.


Aquella Gnoma se convirtió en una de mis confidentes,y en numerosas ocasiones saludábamos la llegada de la madrugada compartiendo los relatos de las penurias pasadas y de la dureza de la vida en Azeroth. Para nadie es sencillo sobrevivir y no sucumbir al mal que ronda en cada esquina y rincón,así apoyándonos mutuamente compartíamos la pesada carga de esta, a veces solitaria,existencia.

A través de ella conocí a un Humano Paladín, Arthram, el cual se convirtió en mi defensor de la luz particular,pero eso es otra historia....

La Sombra

Observo en la pared mi sombra proyectada por la suave luz de la vela,comienza a alargarse alcanzando un tamaño mayor que el mio,intento convencerme de que es una simple ilusión pero una temible voz me demuestra lo contrario:

-¡Incrédula!,¿crees que sirve de algo tu retiro en esta solitaria sala?,¿crees que así conseguiras librarte de mi?.Tu magia es solo una ilusión,no tienes poder,eres una mera marioneta.

En mi mano derecha una bola de fuego cargada de ira empieza a crecer.

-¡Tú!¡No te tengo miedo!-lanzo la ígnea esfera,pero es absorbida por mi enemigo sin provocarle daño alguno,una maligna carcajada acompaña a mi estupefacción.

-Te lo he advertido,no tienes poder alguno contra mi,por mi causa tus amigos te odiaran,romperan sus lazos contigo y entonces estaras sola.

-No te atreveras a tocarles,tarde o temprano hallaré la manera de vencerte.

Mientras aprieto con fuerza los puños para dejar salir mi contenida rabia veo como ante mí pasan tres niños,los observo,una humana que porta un bebé tauren y tras ellos un pequeño Draenei varón.
El Tauren lleva asido un muñeco de trapo,me miran un momento y me sonrien,antes de que yo pueda articular palabra alguna siguen su camino perdiendose en la oscuridad.La fuerza con la que cerraba los puños ha desaparecido y en mi mano el pequeño muñeco de trapo,que desprende el dulce olor de la inocencia y me inspira la mas profunda y pura de las ternuras.

Mi oponente sigue ahí contemplandome,esperando un momento de debilidad,la luz de la vela desaparece y siento el frio abrazo de la oscuridad,con un chasquido de mis dedos mi magia podría devolver el fuego a la diminuta fuente de luz,pero acepto la prueba,me someto al examen de la negritud del vacío.
Mi respiración se acelera levemente,mis ojos se abren mas,mis pupilas se dilatan,inmóvil aguardo.

-¿Que haras ahora?no puedes dañarme y tampoco verme.

Contengo un fugaz ataque de tos provocado por mi estado de ansiedad procurando no hacer ruido alguno que me distraiga.

-Tal vez no sea el momento de vencerte,pero lo haré...¡no dudes que lo lograré!-aseguro.


El leve destello de la vela vuelve a iluminar mi temporal hogar,mi sombra es normal,he superado la prueba pero estoy convencida de que me esperan más y a cual más difícil.

Coloco el pequeño muñeco sobre la baja mesa que se encuentra junto al lecho,recuerdo de mi inocencia,el niño que llevamos dentro ha de enfrentarse a numerosos temores para crecer,el miedo a la oscuridad de la soledad ya no podrá con la pequeña Evenstarson.

Amanecer


Instintivamente mis piernas se separan esperando la cintura en la que enredarse como fresca hiedra,dejando al descubierto la gruta de mis secretos.
Un decidido explorador se abre paso impetuoso,tomando posesión del camino que conduce a la escondida fuente de mi ser,su entrada es suave pero segura,sus lentas embestidas se tornan poderosas otorgandome en cada una de ellas una nueva forma de gozo.
Un embriagador vaivén me hace su presa mientras disfruto de prohibidas mieles,mis ojos buscan en vano la piel a la que mis uñas se aferran,araño el vacío que hay sobre mi y mi cuerpo,ahora flexible,serpentea sobre la arena y la espuma del mar,me enrosco a su etéreo cuerpo hasta encontrarme sobre él,erguida como una cobra preparandome para mi letal ataque,pero mi cintura y mis caderas bailan al son de la hechizante melodía del placer.
Arropado por mis furtivos gemidos y acariciado por mis aún dudantes pero felinas manos,llega un éxtasis que ilumina la oscuridad de la noche sumiendome en el delirio mas delicioso.Adormilada,interrogo a aquél que me ha amado queriendo saber quien es,mientras busco el calor de su ardiente pecho para que me acune.
La varonil voz pronuncia en mi oido su nombre con la familiaridad de alguien querido.

Lentamente mis ojos se entreabren,negandome a abandonar el nocturno paraiso,contemplando un brillante amanecer me incorporo y me dispongo a continuar la tarea interrumpida por la llegada de la oscuridad a la bóveda celeste,a mi lado una rosa de un intenso color rojo,adornada con gotas del fresco rocío de la mañana ha brotado del estéril y vacío suelo de las Tierras Devastadas.

sábado, 17 de octubre de 2009

El inicio de la noche

Estaba de paso por los estériles parajes de las Tierras Devastadas,mi objetivo era explorar toda zona por recóndita que fuera,cuando me dí cuenta la noche vino sobre mí y me propuse descansar para continuar al día siguiente con renovadas energías.
El refugio que se me ofrecía estaba bastante lejos del lugar en que me encontraba,busqué un lugar elevado y me aseguré que ningún enemigo lo rondara.

Me tumbé sobre un improvisado lecho confeccionado a base de telas que guardaba en mi mochila,grandes madejas de variadas telas,dejando la seda para la parte superior ya que estaría en contacto directo con mi piel,recostada observé el cielo,adornado por millares de estrellas que punteaban el intenso negro,una de ellas más grande que las demás llamó mi atención,me concentro en ella,parpadea y se ilumina con intensidad,no se bien si soy presa de un sueño,pero me encuentro ahora en un precioso lugar,esta atardeciendo y paseo por la orilla del mar,descalza siento la arena bajo mis pies y me fijo en el vaivén de las olas que se llevan las huellas que dejo al pasar,borrando por completo mi rastro.

El astro rey se acurruca en el horizonte para ser acunado,se alza ante mí una blanca luna,el silencio me mece,tan solo roto por la lenta balada del mar.
Me aborda la agradable sensación de un abrazo por la espalda,añoro la calidez de un cuerpo estrechandome,la ternura de unos labios,el escalofrío de mi mirada encontrándose con otra mirada,un susurro al oído,la pasión de sentirme amada....

Uno de los tirantes de mi fino vestido resbala travieso por mi hombro,siento la calidez de unos labios,mi piel responde erizandose receptiva a toda sensación,lentamente como si una transparente mano lo guiara cae el otro tirante,mis senos quedan ahora al descubierto y la suave luz de la luna deja entrever mis escondidas cumbres de un color marrón suave que se contraen ansiando recibir caricias,mi tostada piel se vuelve fina tela dejando que todas mis terminaciones nerviosas se crispen para no dejar escapar la mas infíma sensación.

Manos que no puedo ver recorren mis brazos partiendo desde los dedos llegando a los hombros,el cuello,mi melena antes recogida cae sobre mi espalda y las invisibles manos acarician ahora mi pecho.El suave tejido que me cubría cae por completo sobre la húmeda arena ayudado por aquel que me acaricia,mi desnudez queda por completo visible,una masculina voz me susurra al oido:

-Tumbate y déjame amarte.

No soy dueña de mis actos embriagada de deseo mi respiración es ahora acelerada y obedezco la petición.Reacciono al fresco contacto de la arena en mi espalda y en mis glúteos y me tenso.

Unas caricias ascienden por mi cuerpo desde los pies,los muslos,un leve roce en mi sexo me hace estremecer,continua su paseo por mi monte de venus,el vientre,el pecho,el cuello..para terminar con el calor ardiente de un apasionado beso en los labios.Por fin cedo al deseo que me domina,dejando de razonar me abandono a las sensaciones.
Siento sobre mí un peso que rapidamente se hace ligero pues sus labios no cesan de recorrerme,un gemido atraviesa la barrera de mi boca y se libera en el silencio....

Soledad

La habitación que me acoge comienza a hacerse pequeña,noto como me falta el aire,las paredes se acercan a mi de una amenazante manera,mi espacio se estrecha cada vez mas.
Un sudor frio brota de mis sienes,a pleno pulmón dejo escapar un grito,al ser consciente me digo:

-No Even,no eres una princesa prisionera en una torre y no existe un principe azul de reluciente armadura que venga a rescartarte,despierta,has de hacerlo sola.

Un desesperado llanto me domina ahora,la soledad esta tan cruel como la mas violenta guerra,y debo enfrentarme a ella con la misma valentía con la que me encaraba a los mas poderosos enemigos con los que sin vacilar combatía.
La unica diferencia es que a este enemigo no puedo verle,mis hechizos golpean en el vacio...

Mis fuerzas me abandonan,me desvanezco y yaciente en el alfombrado suelodesearia no despertar nunca mas.

Al volver en mi,toda ha vuelto a la normalidad,me dirijo hacia mi ovalo plateado,veo un feroz combate,yo misma ante todas las dificultades del pasado que una a una,observo repetirse,de todas salgo victoriosa en algunas gavemente herida.
El cristal se vuelve transparente ahora debo combatir.Una pregunta me ronda:

-Esta vez...¿saldré victoriosa?.

jueves, 15 de octubre de 2009

El combate

Me encontraba en Corona de Hielo, completando mis tareas diarias, muy satisfactorias para mi tambaleante economía, cuando sin previo aviso, a mi espalda aprecio un miembro de la plaga, su golpe en las corvas de las piernas me hizo caer pesadamente sobre la gélida nieve, mi armadura de arrabio le procuró a cambio, una fuerte quemadura en la mano derecha.
En su cara el reflejo del más fuerte odio, sus roídas ropas…el aspecto de aquel enemigo era realmente espeluznante, pero yo no le temía.
Lancé rápidamente mi hechizo bomba viva, que provocó en el desagradable visitante un ardor continuo que abrasaba su piel curtida por el cortante frio de la zona, acto seguido castee mi agostar mejorado, para potenciar el daño de mi magia, y liberé la inmensa bola de fuego que había crecido en mi mano, golpeó en su pecho y se derrumbó. Sentí en mi interior el intenso fuego que vive en mí, crecer y avivarse, malherido se incorporó, no iba a rendirse, un doloroso pinchazo helado me atenazó y mermó mis movimientos, pero la ira que me corroía me llevó a un estado en el que casi no podía controlar mis actos, una instantánea y potente piro explosión hizo que mi enemigo se evaporase ante mis ojos.
Con una de mis rodillas clavada en la solidificada agua, recuperé algo de aliento, al levantar la vista me encontré rodeada de más miembros de la plaga que me desafiaban en venganza por la muerte de uno de sus líderes. Mi nova de escarcha fijó sus huesudos pies al helado suelo y una lluvia de finos y cortantes trozos de hielo laceraban la poca piel que los recubría, mientras me golpeaban e intentaban librearse de mi cuerpo brotó gran cantidad de magia, en forma de deflagración arcana, enseguida pronuncie mi hechizo reflejo exacto, mis conjuradas dobles me ayudaron a que uno a uno sucumbieran a mi magia.
Jadeante, pero victoriosa, saboree un delicioso strudel de maná, creado por mi misma, mientras contemplé la nieve caer y cubrir los despojos de aquellos enemigos que osaron atacarme….

El Orco y la Draenei


Soy una sacerdotisa impetuosa y temperamental, pero se cruzó en mi camino alguien que no esperaba, un Orco, si, un acérrimo enemigo…o eso me habían enseñado…
Le pedí a Potopo que, a través de su conjuro de invocación me llevara a Dalaran, ansiaba conocer la gran ciudad de los magos de la que tanto me había hablado Evenstarson, mi aún escasa experiencia, no me permitía llegar por mi misma asique recurrí a la magia del brujo.
En una extraña lengua Poto dijo una frase y me pregunto si aceptaba, todo se tornó de color negro pero no deje de avanzar al final vi algo de luz y me dirigí hacia ella, empujé una pequeña puerta que chirrió ruidosamente, un extraño humo negro flotaba alrededor del lugar por el que salí, mis ojos lentamente se acostumbraban a la luz, mirando a mi alrededor vi una gran fuente donde poderosos guerreros pescaban unas relucientes monedas, altos edificios y una gran cantidad de gente que se movía de un lado a otro muy ocupados. A mi espalda un jardín circular cubierto de verde césped y flotando sobre él una preciosa espiral de la que brotaba una cristalina agua con una esfera dorada coronándola.
Caminé lentamente examinando cada edificio, la posada, el Enclave de Plata donde se encuentran los portales mágicos dispuestos para acceder a las principales ciudades, una tienda de juguetes, mercaderes de armaduras…y por fin el Barrio de los Magos.
En este lugar se encuentran los artesanos que enseñan a perfeccionar las más variadas profesiones; Primeros Auxilios, Minería, Sastrería, Alquimia, Desuello, Inscripción, Peletería, Joyería, Herrería, Herboristería, Encantamiento…
Aprovechando la ocasión visite a los grandes maestros de mis profesiones, Minería y Joyería, que muy cortésmente me informaron de que aun no era el momento para aprender lo que ellos podían enseñar.
-Más adelante ven a visitarnos, tranquila, sabrás cuando estas lista.
Al mirar el expositor de la Gran Joyería de Dalaran Tiffani y CIA, me asombré de las magníficas piezas que pude contemplar
-Algún día mis manos tallaran maravillas semejantes-pensé.
Al salir del artesano lugar vi un gran pozo de piedra y tras el un majestuoso edificio el cual albergaba un gran banco, me dirigí hacia él para dejar algunos objetos que ocupaban valiosos huecos en mi bolsa.
Sin mirar a mi alrededor me dirigí directamente hacia el banquero, y después a la cámara de hermandad, había tallado algunas gemas para ponerlas al servicio de mis hermanos fue entonces cuanto note que alguien me observaba. Un sonoro beso lanzado al aire me hizo volverme y entonces le vi.
Un tosco orco de piel blanca y grandes colmillos me miraba y sonreía, lucía una azulada armadura y sus ojos eran enigmáticos, se trataba de un Caballero de la Muerte.
Sorprendida vi como me hizo saber que creía que era sexy, el idioma no nos permitía hablar con normalidad, para demostrarle que su cumplido me agradaba comencé a bailar ante él, qué se sentó y me aplaudió mientras me animaba.
Extraños personajes se sentaron para ver el baile que le dedicaba al orco, caí en la cuenta de que en el gran edificio solo había horda, en esta ciudad no se permiten los combates, la destreza de estos hordas me superaba en gran manera pero aun así no detuve mi danza, desafiante.
Un trol, un elfo de sangre y un no-muerto no perdían detalle de mis dedicados gestos, gráciles movimientos de caderas acompañados por el vaivén de mis manos.
El orco se incorporó y haciendo un gesto me pidió que le siguiera yo asintiendo le hice saber que lo había comprendido, me llevó a la salida del edificio, a la derecha, allí se encuentra un pequeño parque adornado con césped y bancos para descansar.
Me invitó a tomar asiento y el hizo lo propio a mi lado, con la mano extendió y alisó la tierra que había a nuestros pies y trazó algunas letras con el dedo, leí lo escrito:
-Rhür
Asintió y se señalo, supe así que ese era su nombre, repetí su acto escribiendo el mío y una sonrisa adorno su rostro mientras lo pronunciaba, con la extraña voz característica de los Caballeros de la Muerte.
Coqueteó conmigo, me lanzó sonoros besos, me abrazó y hasta incluso toco el violín más pequeño del mundo para mí, yo respondía a cada unos de sus cumplidos, sonriendo con picardía, devolviéndole un beso o un abrazo, cuando me di cuenta estaba flirteando con él…
Me volvió a pedir que le siguiera, me dejé guiar por el hasta la sede del Kirin Tor, al ascender la gran escalera interior me señaló el portal que había nuestra izquierda. Aparecimos en las cavernas del tiempo, junto al gran dragón guardián, montamos, él en un enorme mamut y yo en mi Elekk azul, le seguí a través del yermo y extenso Desierto de Tanaris hasta llegar a Gazgetan, protegida por Goblins.
Me llevó hasta la subasta, aquí es de libre acceso tanto para la Horda como para la Alianza, permitiendo así el comercio de objetos entre ambas facciones, ya que las fronteras de la guerra no permiten el intercambio directo.
Señaló al subastador y a su alrededor en el suelo de piedra, hizo brotar unas hermosas y mágicas flores, supe así que debía buscar. Entre gran cantidad de objetos se encontraba una hermosa rosa roja, y también puesta por él, había una Vida Eterna, un caro y raro objeto para alguien de mis posibilidades, como precio un cobre cada uno. Adquirí ambos presentes y le di un beso como muestra de agradecimiento.
Al salir de la subasta me indicó que montase de nuevo en mi Elekk, y a galope tendido atravesamos el gran Desierto de la Sal, Las Mil Agujas y Los Baldíos hasta llegar a Trinquete, otra de las ciudades gobling, aquí se puede tomar un barco que lleva hasta Bahía del Botín.
Fue entonces cuando ocurrió el percance, subiendo al barco su hacha resbalo de sus manos y resulte herida, él apesadumbrado abandonó el navío pensando que mi enfado seria extremo, en la enfermería del propio velero me curaron, al buscarle vi que no estaba, tome el barco de vuelta y allí en el muelle le vi profundamente preocupado. Lentamente me acerque a él, que de rodillas me pidió mil disculpas, con la palma de mi mano en su rostro le hice saber que no tenía nada que perdonar.
Partiendo desde Bahía del Botín, atravesamos la espesa vegetación de Vega de Tuercespina, hasta que llegamos a una extensa playa de fina y blanca arena y aguas cristalinas y transparentes.
Despojándose de la totalidad de su pesada armadura se introdujo en el agua, un pícaro guiño de ojo me indicó que le imitara, no me iba a amedrentar… ¡y mucho menos ante un orco!, con soltura deje caer mi toga y librándome de mi pesada vestimenta quedó a la vista mi blanca y suave piel para que el sol del atardecer la acariciara, con gracia y sin dejar de mirar sus ardientes ojos me acerqué nadando hasta él.
Retozamos, dejando pasar el tiempo mecidos por el suave oleaje, su curiosa e intensa mirada recorrió las prominentes formas de mi figura, el cuello, las caderas, la cintura, los labios…nos dirigimos a la orilla y nos tumbamos en la arena, la danzante marea mojaba nuestra piel mientras rodeados de silencio, furtivamente, nuestras miradas se encontraban….
Haciéndole saber de mi cansancio, tras ese remanso de paz, utilizamos nuestras piedras de hogar y volvimos a Dalaran, buscándonos entre el gentío y lanzándonos un último beso nos despedimos y me retiré a descansar.
Una vez en mis aposentos, me asaltó una pregunta:
-¿Volveré a verle?
Y rememorando lo vivido me dormí plácidamente.

Mckallister y Luminis Cruor

Conjuro unos Strudels de maná para calmar el hambre y la sed que me tientan a abandonar este necesario retiro.
Aquella tarde buscaba a un magnatauro que tenía que eliminar por encargo de un poderoso mecenas de los congelados parajes de Cementerio de Dragones. Después de recorrer varias veces el lugar donde solía encontrarse, mi búsqueda concluye y le encuentro enfrentándose a un sacerdote enano, ayudándole unimos nuestras fuerzas y salimos victoriosos, preparo de mi mágica comida y se la entrego para que se recupere de sus heridas.
-Volverá-me asegura mientras degusta una de mis tartas de maná-esperaremos a que lo haga y te devolveré la ayuda que me has concedido.
Así fue, el monstruo regresó clamando venganza y de nuevo fue vencido.
-Mi agradecimiento amable sacerdote-murmuré con una sonrisa
Se inclino ante mí y se alejó en su montura perdiéndose en la ventisca.
Me dispuse a cortar la cabeza del gran enemigo yaciente en la fría nieve y marché al encuentro de quien me encomendó la tarea, allí nos reunimos de nuevo, esta vez nos dirigimos juntos a realizar la siguiente misión y así llevamos a cabo varios encargos, los cuales a mi sola me hubieran costado numerosas heridas. Durante este tiempo hablamos mucho, gran conversador, los Enanos tienen un sentido innato para hacer agradable el trago de la más amarga cerveza. Tras completar dichos encargos, se retiró a descansar.
A menudo concertábamos encuentros en alguna taberna para compartir relatos junto a una sabrosa bebida. Tiempo más tarde me llegó un mensaje suyo:
“Even, me dispongo junto a mis compañeros de hermandad a aventurarnos en el peligroso Naxxramas, ¿te apetece venir a superar numerosos retos y peligros a nuestro lado?. Mckallister”.
Acepté de buen grado la propuesta, al reunirme con ellos me superó mi timidez y apenas pronunciaba palabra, pero pronto cambio la situación, ocho valientes combatientes me recibían como una más.
Nekh,un guerrero Elfo de la Noche, Wallstun una elfa cazadora, Drudenai draenei maga, Gunsche gnomo brujo, Aiora mago humano, Udos elfo guerrero, Electra maga humana, Evadne elfa druida, Mckallister y yo, un grupo de diez valientes que se adentraban en una mazmorra totalmente desconocida para mí, no sentía temor de morir o recibir graves heridas, temía no cumplir las expectativas esperadas de una maga de mi nivel.
Tras los primeros combates, los tres expertos magos, Drudenai, Electra y Aiora se ofrecieron amablemente a resolver todas mis dudas, comenté con ellos algunas preguntas y me dieron junto a Ellion, otro sabio mago perteneciente a esta hermandad, unas sencillas directrices con las cuales logré aumentar en gran medida mis poderes.
Con ellos, los miembros de Luminis Cruor, aprendí algunas cosas que los instructores no pueden enseñar, y me enfrente a grandes peligros junto a ellos. Me ofrecieron en varias ocasiones unirme a su clan, pero Nobleza es mi hogar y nunca abandonaré a mis queridos hermanos, lo comprendieron y como muestra de aprecio me regalaron un poderoso anillo que aún hoy llevo conmigo, el Anillo de choque de Hechizo.
Poco a poco fui conociendo a gran parte de los miembros de esta institución, Nrg elfo cazador, Donflamingo chaman draenei, Sandia elfa druida, Timbi enano paladín, Amarië druida elfa…desarrollando hacia ellos un profundo cariño.
Comienzo a reír mientras canturreo una cancioncilla
-Pin pan pun bocadillo de atún, Pin pan pon bocadillo jamón.
Improvisada por Wallstun y extendida por mí, para “tortura” de los miembros de la expedición a través de los laberinticos pasillos del peligroso Naxxramas.
Mckallister ahora no está, espero su vuelta y ahora también la mía.
Como si le tuviera ante mí, alzo la vista y murmuro:
-Enano, me debes una cerveza y un tatuaje, esta maga no olvida….

Zaeryel

Acerco una de las esquinas del pergamino en que garabatéelos leones, a la llama bailarina de la vela que me ilumina, al contacto arde con rapidez y se apaga repentinamente, en lugar del esperado olor a quemado, huele a fruta fresca, Zaeryel se instala a mi lado, sentada en el borde de mi cama. Me mira tiernamente, sus encantadores rasgos se vuelven más delicados aún, el profundo cariño que profeso hacia ella torna mi tristeza en alegría.
En ella encontré el apoyo cuando flojeaba, el cariño cuando lo necesitaba, la confianza cuando la perdía y una inmensa cantidad de ternura, algo que parecía perdido en un mundo de guerras despiadadas rebosantes de sangre y dolor. Largas jornadas nocturnas pasamos cambiando el mundo, adornándolo con cintas de colores para alegrar su tan oscuro aspecto.
Tampoco ella se despidió y ahora entiendo el porqué, los dulces recuerdos de mis horas a su lado se instalan en la habitación, antes solitaria.
Aquel día, caminando por las empantanadas tierras de los Humedales, Potopo me mostró una nueva mascota, una cucaracha, un animal al que no le profeso estima alguna, mi reacción natural al verla fue resumida en esta frase:
-Jefe, ¡tu cuca es muy fea!
Las sonoras carcajadas de Zaeryel , que reía a mandíbula batiente, me hicieron caer en la cuenta de lo inapropiado de mis palabras pronunciadas espontáneamente y sin maldad alguna….
¡Ah! Que agradables horas e inocentes risas para salir del ajetreo triste de la vida del aventurero a sueldo…
Pequeño es mi recuerdo para tan gran Gnoma, las más oloras esencias se conservan en pequeños frascos.
Te extraño Zae, antes de partir me dijo que la puerta no se cierra porque yo soy la llave, ansío regresar y al abrir dicha puerta encontrarme su luminosa sonrisa esperándome.

lunes, 12 de octubre de 2009

El sueño y el cazador


Tumbada sobre el mullido colchón de mi lecho, mi tez se aclara mientras caigo en los acogedores brazos del dios del sueño, mi pelo derramado sobre los almohadones, mis rosados labios entreabiertos…relajada y serena reposo mientras se pasean por mi descanso momentos vividos.
Sobre la mesita que se encuentra junto a mí, la rosa roja que llevaba en una de mis bolsas, que hace que no olvide que los recuerdos se mantienen frescos al igual que esta flor, que no desaparecen, haciendo patente que el pasado forma parte del futuro.
Atardecía, perdida en el tiempo pescaba en los canales de Ventormenta, intentando atrapar a esa traviesa cría de crocoliso que se había escapado y que requería de toda mi paciencia, sentada en el borde dejando que el agua acariciara mis desnudos pies.
Un húmedo hocico rozó mi mano, era una preciosa gatita blanca, reconocí al instante su raza, un Sable Fantasmal pues apenas se distinguía, el rasgo más marcado de esta raza es que son casi transparentes. Le acaricie justo tras las orejas y se tumbó a mi lado en busca de mas mimos que yo le regalé encantada.
Una esbelta Elfa de la Noche, con sus azules cabellos sujetos en una gruesa trenza que caía sobre su hombro derecho se acerco y dijo:
-Mali, sabes que no me gusta que te escapes y mucho menos que interrumpas los quehaceres de la gente.
El animal continuó agazapado a mi lado. Dirigiéndose a mí dijo:
-Mis disculpas noble maga, ha entorpecido vuestra apacible pesca, es demasiado cariñosa, me va a resultar muy difícil adiestrarla para el combate.
-Tranquila. Es muy raro ver una hembra de esta especie, además a ella le gusta recibir caricias tanto como a mi prodigárselas. El instinto felino es especial, su búsqueda de caricias no esconderá el peligro a su olfato, llegado el momento aflorará su ferocidad natural.
La muchacha se sentó a mi lado, su mascota dormitaba entre ambas ronroneando; se llamaba Cartagenera, acababa de llegar a la ciudad desde el lejano Darnassus y no conocía la ciudad, le indiqué los lugares más importantes y le pregunte si quería pertenecer a Nobleza, ofreciéndole así la posibilidad de pedir consejo y ayuda en caso de necesitarlos.
Aceptó, saludó cortésmente a los miembros presentes y se alejó mientras Mali recibía unas cuantas caricias mas antes de salir corriendo junto su dueña.
A menudo nos reuníamos y me contaba las experiencias vividas en sus viajes y observaba a Mali crecer. En uno de nuestros encuentros me habló de un cazador perteneciente a nuestra hermandad, al cual yo conocía bien, Trabukomak. Me confío el secreto amor que le profesaba y el relato de cómo se conocieron, a su vez prometió no revelarle nunca su querido Enano lo que por él sentía, por miedo al rechazo, no intenté convencerla de lo contrario pues, nadie puede dominar el desbocado e indomable corazón femenino.
Pasado bastante tiempo, Trabu me convocó para reunirnos, mucho tiempo a que no nos veíamos, cuán grata sorpresa recibí al conocer la noticia de la que era heraldo; amaba a Cartagenera con el mismo intenso fuego, y a través de esta torpe maga concertó un encuentro. Allí en Ventormenta en una estrellada noche los reuní y me alejé.
Ella días más tarde me hizo partícipe de lo que provocaba la luz que emanaba de su radiante rostro y su exultante corazón, su querido cazador le había propuesto matrimonio, en un idílico paraje con un anciano pero poderoso dragón como testigo, lucía el anillo, humilde, pero gran símbolo para ella, en el dedo corazón de su mano izquierda y me relató la promesa hecha a su amado de no quitárselo nunca.

Bruscamente despierto de mi apacible sueño y de improviso siento mi cuerpo temblar, no me atenaza el frio, ni el miedo, ni el deseo…es...dolor.
En mi pensamiento se instala Trabukomak, el fiel cazador al que estimo sobremanera. Siento un punzante dolor en el tórax, algo me atraviesa el corazón que late con tristeza. Rompo a llorar, amargas lágrimas cercenan la piel de mis mejillas y van a morir al nacimiento de mis senos, la tristeza que marca mis latidos me adormece.
Siento que una parte de mi abandona el mundo de los vivos, mi querido cazador…que lejos te siento…Un certero disparo de su trabuco le arrebata la vida para siempre, esta vez el Ángel de Resurrección no podrá devolverlo a la vida…nadie puede ya, como experto tirador sabia que donde apuntaba; sería irreversible.
En mi mente la imagen de una vacía habitación, el cuerpo de Trabu en el frio suelo, el rojo intenso de su sangre, mezclada con las lágrimas de los Ángeles protectores que comienzan a entonar tristes cantos en su nombre. Recuerdo bien como le conocimos Nofertari y yo, el tímido enano que con sus bromas hacia sonreír a cuantos tenía a su alrededor, en la hermandad era muy querido y apreciado.
-Amable maga, ¿me pones lucecitas en el arma?-preguntaba con timidez, disculpándose enseguida por atreverse a pedir de mi experiencia en el arte de encantar armas y armaduras.
En este mundo dominado por la avaricia de mejorar en experiencia y armadura no hay muchos como él.
Lo último que me dijo antes de marcharme a este retiro en que me encuentro fue:
-Even, ¡me pusiste lucecitas en el alma!
Te has ido, pero aun estas. Entre lágrimas, pronuncio su nombre acariciándolo con los labios y le veo llorar mi marcha en la posada, dónde comenzó mi viaje.
-Cartagenera….-susurro-.
La voz de la elfa inunda mis oídos y me dice:
-“En un secreto rincón de mi tímido pero ardiente corazón encontró Trabukomak el escondite perfecto para sus eternas y frías noches de solitaria cacería"...

El espejo

Repaso bien para asegurarme que no me falte ningún objeto, una runa de portal, partículas arcanas, una vela devota, el antiguo colgante con una Lágrima de Sirena incrustada, el hechizo de intelecto arcano sobre mí, el polvo infinito….sí, está todo.
Dispongo en círculo los objetos a mí alrededor, esta habitación no dispone de ventana alguna y aprovechando mis conocimientos de magia me dispongo a abrir mi propio balcón al mundo exterior, podré ver lo que desee sin ser vista.
De mis labios brota una frase en Darnassiano, que Diosadulcine y Cartagenera, Elfas de la Noche, me enseñaron a pronunciar:
-Al´Shar lo balah, observa el mundo.
Una brisa fresca y suave me envuelve, las partículas arcanas comienzan a brillar con fuerza y a elevarse, acto seguido giran a mi alrededor y revolotean ante mi formando un ovalo perfecto. La vela se apaga y el fuego que la poseía se dirige lentamente hacia la runa haciendo que su símbolo se encienda, una cegadora luz brota, se torna en un suave azul y se dirige al centro del ovalo, del polvo infinito brota un mágico arco iris que colorea la flotante forma, finalmente el colgante se eleva y se coloca en la parte superior bordeándolo por completo dándole un plateado marco, en la Lágrima de Sirena palpita un fulgor extraño.
Tras calmarse la brisa observo el resultado, con el aspecto de un espejo, ante mi levita la ventana de mi esperanza.
-Probare para empezar con algo sencillo-murmuro-muéstrame mi lugar favorito.
Al instante una luz de suave intensidad brota del encantado objeto, veo la luna, pero no es una cualquiera, es la que se divisa desde Nagrand, aquella que mi querido Rammaru me regaló hace años….mi luna.
El inmenso astro nocturno que aquí en este lugar es posible contemplar a plena luz del día, rodeado de estelas de luz de un morado suave, que, asemejan las caricias de un valeroso a su amada antes de partir a la guerra con un incierto futuro.
Ante este privilegio de contemplar el cielo y la luna que tantas confidencias mías atesora, sucumbo al llanto, le confío mis temores y la añoranza de los que quiero.
_Evenstarson, ¿Qué te ocurre? ¿Te atenaza el miedo?-me interroga-
Sin pronunciar una palabra a través de mis labios, mi corazón responde a la cuestión.
-No temo a morir, ni temo sufrir
-¿A qué temes entonces, mi señora?
-A empuñar los barrotes de esta jaula, hasta que el tiempo los acepte, a que la valentía deje paso al recuerdo y no desee ya escapar de aquí.
-Temes a la soledad entonces, ten paz que nunca estarás sola.
Y se hizo un silencio ensordecedor.
Allí ante mi luna pasaron ¿horas?, ¿días?, tal era mi necesidad de volcar esos temores que poco a poco abandonaban mi alma mientras con ternura, ella, cicatrizaba sin decir ni una palabra.

Potopo

Un trozo de pergamino, una pluma y tinta es lo que encuentro sobre la mesa que se encuentra al norte de la habitación. Los tomo y sin pensar garabateo un par de leones rampantes, símbolo de Nobleza, dos orgullosos felinos de color dorado erguidos sobre un fondo azul intenso y bordeado por una hilera de calaveras y huesos en tono turquesa.
Recuerdo con claridad el día que entre a formar parte de esta Hermandad.
De camino a mi instructor de magia, contando creo que unos 20 años, un gnomo muy agradable me invito a formar parte de una Hermandad, no desconfiaba de él, pero estaba acostumbrada a la soledad de mi casa, de mi cocina, de mis estudios de magia.....

-Únete a nosotros y si no te convence te vas, en cualquier caso serás libre de hacer lo que quieras.

Su voz acompañada de una sonrisa me saco de mis pensamientos y rápidamente acepte, me llevo a una sala en la que mucha gente de diferentes razas hablaba sin parar, había Gnomos, Enanos, Elfos de la noche, Humanos hasta incluso algún Draenei, el gnomo que me guiaba me dijo que pasara y esperara, en un rincón observaba a cada uno de los que estaban allí, el gnomo ya no estaba a mi lado.

De pronto apareció y se hizo el silencio, llevaba algo doblado sobre sus manos. Me guio hasta el centro de la sala y me dijo

-¿Cuál es tu nombre?
-Evenstarson
-Bienvenida a Nobleza Evenstarson- Me entrego lo que llevaba y me rogo que me lo pusiera

Obedecí, era un tabardo, azul oscuro con dos leones dorados
-Me llamo Potopo, soy el maestro de la hermandad
-Yo me llamo Zaeryel y soy la Gm
Así uno a uno se fueron presentando,

Zaeryel añadió:
-Perteneces a la Hermandad Nobleza donde todo lo puro y bueno tiene cabida y donde los valientes se atreven a cambiar su destino.
Ahora tenía familia, ya no era la pobre huérfana que vivía de su dolor, tenía motivos para cambiar ese destino.
A partir de entonces, mi indomable curiosidad me lleva a bombardear a preguntas al Maestro y Zaeryel, que gentilmente las responden con infinita paciencia. Nos volvemos inseparables los tres, embarcándonos en innumerables aventuras juntos disfrutando de cada instante conversando y riendo.
El recuerdo de una noche en concreto me obliga a sonreír, la luna estaba alta ya, era madrugada cuando el brujo me interroga muy seriamente:
-Even, ¿Qué andas haciendo?
-Encargos para conseguir algunas monedas, ¿necesitas algo Jefe?
Si, aún le llamo así.
-Vente conmigo, ¡vamos de excursión!
Cada vez que me hacia esa propuesta, dejaba automáticamente cualquier tarea que me ocupara para más tarde, ese día nos reunimos en Forjaz.
Nos dirigimos en glifo hacia Costasur y desde allí cabalgamos hasta una torre situada cerca de Entrañas, la tétrica ciudad de nacimiento de los No-Muertos.
-Cuando yo te diga, sube a lo alto de la torre lo más rápido que puedas y entra en el zeppelín, cuidado con los guardias.-el serio tono de su voz me crispó y me puso tensa.
Tras un silencio que pareció eterno…
-¡Ahora Even! ¡Corre!
Obedeciendo sus indicaciones de la manera torpe que me caracterizaba, alcancé mi objetivo con un gesto me hizo entrar en una especie de bodega para no ser vistos.
-Jefe, ¿A dónde me llevas?
-Ya lo veras, no seas impaciente.
Bastaba que quisieras saber algo para que él se volviera hermético, aun lo sigue haciendo.
Asomándose miro a un lado y a otro y me indico que no había guardia alguno, al salir me quedé petrificada….estábamos en Orgrimmar, la ciudad Horda más concurrida, aún bajo cantidad de precauciones al fin somos vistos, Potopo utilizando su capa paracaídas se lanzó desde el zeppelín, lanzándome el hechizo de caída lenta le imité.Allí en plena madrugada, escondidos de los atentos ojos de los vigilantes nocturnos me explicó la manera más fácil de entrar en aquel bastión evitando ser visto.
Nessy, el gran monstruo marino que mora en el inmenso acuario del tranvía subterráneo que une Forjaz y Ventormenta; la ciudad oculta bajo la gran Forjaz; los misteriosos niños que aparecen en una de las solitarias casas del Bosque de Elwing; el aeropuerto de Forjaz de tan difícil acceso; un perdido embarcadero con su extraño morador…tantas cosas he visto y tantas me ha enseñado este sabio Gnomo…
Su pasión por los tornillos y las tuercas, cuán divertido era verle reunir los materiales necesarios para su invento más reciente, de él también aprendí mi cariño por las pequeñas mascotas que me acompañan, de sus curtidas manos me llego la primera, un pequeño perro de la pradera, recompensa de una de las ideas de este ingenioso gnomo, un Torneo de Tonques de Vapor dirigidos por control remoto y fabricados, uno a uno, por él mismo.
Y su risa, un día que le oí reír a carcajadas fue el que me propuso conseguir una nueva mascota. Me reuní con él en Páramos de Poniente, me condujo hasta una zona en la que había un gran número de pollos, ilusamente pensé que sería tan fácil como acercarme y coger uno, al acercarme todos salieron en desbandada y tras posarse el polvo vi que estaba cubierta de blancas plumas.
-No mujer no es tan fácil, con un poco de grano, elige a uno y persíguelo hasta que tenga a bien dejarse atrapar, entonces será tuyo.-me explicó entre risas contenidas.
Ya no pudo contener las carcajadas al ver a una seria maga en cuclillas con la toga remangada, despeinada, cubierta de polvo y plumas, persiguiendo al travieso animal mientras lo tentaba con maíz.
Antes de retirarme a este solitario lugar me dijo:
-No me despido, volverás, hasta pronto.
Cuando es un misterio, pero volveré Jefe, volveré….

La despedida

En la oscuridad de la noche, mis pensamientos no me permiten dormir, como Sacerdotisa, tengo un especial sentido que me hace saber que algo malo se avecina. De pronto, alguien golpea la puerta, me incorporo abandono la comodidad de mi lecho y me dirijo a abrir con calmada prisa.
Un gnomo muy querido por mí me mira con gesto contrariado, le invito a pasar y le pregunto:
-Jefe, ¿qué ocurre?
Sin mediar palabra, introduce su mano en los pliegues del pecho de su toga y saca un gastado y amarillento pergamino que luce un sello de lacre rojo roto, me lo tiende y me insta a leerlo con un gesto. Lo tomo en mis manos y con cuidado lo despliego por completo. Mi rostro se entristece a medida que descubro su contenido.

-Even se ha ido, ella, la que me impulsó a ser lo que soy, la que me alentaba a superarme y a perfeccionarme como sacerdotisa sin preocuparme de mi pasado sino de mi presente y lo venidero....
-Así es-confirma el gnomo-necesita descansar, y volverá cuando esté bien... ¡diablos! le prohibí que se despidiera, pero... ¡ay! ¡Qué mujer mas cabezota!....Sírveme cerveza Nofer, necesito un trago o... ¡se me saltaran todas las tuercas!
Pongo sobre la mesa mi mejor jarra de cerveza y el vaso que más le gusta a Potopo, cómodo de usar para un gnomo exigente y con recursos como él, de no ser así sacaría de su mochila su propio vaso.
Apurando de un trago el contenido y mientras se sirve de nuevo me dirige la temida pregunta:
-¿Qué aras ahora?
Mirando fijamente la palmatoria que hay sobre la mesa, mis labios pronuncian con convicción una frase casi en susurro:
-Me iré...si ella no está poco puedo hacer yo aquí...
-Lo comprendo, sé que sabrás cuando ha vuelto...y si no...¡Yo te lo haré saber!

Una leve sonrisa se difumina con la tristeza de mi gesto, apurando el contenido de la jarra, el brujo se levanta de la silla que cruje y sin mirarme me susurra:
-Hasta pronto cielo y...que sueñes con múrlocs-aceleradamente sale de la habitación perdiéndose en las callejuelas.

Miro a mi alrededor sabiendo que debo partir, cojo mi mochila y utilizo mi piedra de hogar, sé a ciencia cierta dónde se encuentra Even, pero también sé que necesita soledad, además yo no poseo el libro que obra en su poder, no puedo acceder a donde ella se encuentra.
Camino por las calles de Dalaran, extrañamente vacías del habitual trasiego, me dirijo con premura a la zona de vuelo y tomo un glifo que me lleva a Colinas Pardas.
Una vez allí subo a mi lugar favorito desde donde diviso todo el paisaje, el bosque semi cubierto de nieve y un cielo azul que nunca cambia de color, la aurora boreal es su único adorno.

Aguardo allí de pie en esa altura con la mente en blanco sin pensar en nada, algunas personas se instalan en mi pensamiento fugazmente y me obligo, con un gran esfuerzo, en contener el llanto.
Utilizando la levitación desciendo suavemente del lugar en que me encuentro, nada más llegar al suelo me enfrento con un feroz oso, no me lanzo ningún hechizo de protección, esta vez mi muerte será diferente....
Mediante dolorosos zarpazos me empuja hacia mi destino, nada hago para curar mis heridas, por fin, un certero golpe de sus garras consigue arrebatarme la vida, pero como dije esta vez será diferente...mi forma de Ángel me vuelve etérea. Ligera como una pluma, no siento dolor, sólo paz.
Comienzo entonces mi viaje, nadie encontrará mi cadáver pues no he muerto, simplemente esperaré el regreso de Even protegiendo secreta e invisiblemente las vidas de nuestros amigos, ángel de la guarda que velara por los que nos quieren....

Ojos de Draenei

Al cerrar la tapa trasera me invade la sensación de un cálido abrazo, idéntica a cuando me lo prodigaban mis padres, la feroz guerra contra la cruel Horda me los arrebató, pero no es odio lo que siento, es rabia contenida por extrañarlos tanto.
Me incorporo y me dirijo al estante del que tomé el libro y lo deposito en su lugar, un dulce rostro aparece ante mí y sonrío, es Nofertari, mi querida draenei Sacerdotisa. La conocí un día explorando el vasto y frondoso paraje de El Exodar, de camino a la ciudad para aprender los hechizos de transporte propios de los magos.
Al llegar a la entrada me fije en el encargado de cuidar a los Elekks, los enormes paquidermos que esta enigmática raza utiliza para desplazarse, su compañera se ocupaba de enseñar el arte de la equitación, una picara sonrisa se asomó a mis labios al recordar cuando aprendí esta habilidad para montar a mi fiel Yegua Zaína, incansable compañera durante los inicios de mi andadura.

Una mirada desconfiada se clavó en mi nuca, al girarme la vi. Una hermosa draenei de largos cabellos azulados, prominentes labios y unos iluminados y profundos ojos rasgados. Su gesto me hacía saber que no le agradaba mi presencia, aún así, me acerque para pedirle indicaciones:
-Saludos joven Draenei, soy forastera y necesito guía para llegar hasta el gran instructor de portales de esta gran ciudad, me pierdo fácilmente ¿serias tan amable de indicarme?
-Odalisca abae-balbuceó en su idioma-perdona, por la expresión de tu rostro intuyo que no hablas el draenei, pocos forasteros lo hacen, sígueme yo seré tu guía.

Me llevó por la laberíntica ciudad de cristal hasta poner ante mí a quien deseaba ver, tras aprender los hechizos buscados ella me pregunto si deseaba alojamiento para descansar y refrescarme, asentí y la interrogué sobre las enorme estatuas que poblaban la gran sala llamada El Arca de las Luces por la cual caminábamos.
-Poco sé sobre ellos-admitió- apenas sus nombres, sus historias están perdidas en el tiempo al igual que la mía, pocos, muy pocos draeneis recuerdan su pasado, tras el accidente todo lo vivido es confuso quizás…demasiado..
El silencio nos acompaño hasta llegar a la puerta de la posada:
-Entra y descansa, mas tarde vendré a buscarte para guiarte a la salida si lo deseas.
Iba a utilizar mi teletransporte para salir de aquel laberinto, pero esta enigmática dama despertó mi insaciable curiosidad asique acepté esperarla.
Sus movimientos eran gráciles cual gacela, altiva y esbelta, su toga de sacerdotisa aprendiz acompañaba el vaivén de sus marcadas caderas.
Entré en el tenue lugar, pedí a la posadera descansar en una de sus habitaciones mientras buscaba en mi saquito unas monedas, ella con una irónica sonrisa se negó:
-Los aventureros necesitan descanso y esas monedas encontraran un menester más importante, no me pagues por tu derecho al reposo, estas en casa…-y con un preciso movimiento entreabrió el velo que conducía a una escalera. Ascendí, una pálida luz iluminaba cada una de las estancias penetré en una y en un confortable diván de terciopelo morado me acomode y me dormí.

Al despertar una nota se hallaba junto a mis pertenencias
“Reúnete conmigo abajo cuando desees. Nofertari”
Me apresure a bajar y con la mirada escruté cada una de las mesas buscando una cara conocida, allí estaba ella, sentada plácidamente degustando un jugo afrutado y fresco. Conversamos largas horas, su notable tristeza daba paso al abatimiento, no recordaba nada de su pasado ni familia, ni amigos...nada; solo vacío.
Únicamente sabia su presente, una sacerdotisa inexperta que disfrutaba arrancando de la sucia tierra minerales y piedras preciosas para después tallarlos y convertirlos hermosas joyas y gemas, ni siquiera sabía como había aprendido tal habilidad, simplemente lo hacía. Vislumbré algo de su personalidad: sabe ser dulce cuando debe y también cruel, es tenaz coqueta, demasiado confiada y extrovertida.

Le pedí que me llevara ante el instructor de sacerdotes, al sabio le dije que le enseñara todo lo que sabía que yo pagaba su salario. Pronuncié unas palabras y el Intelecto Arcano descendió sobre la asombrada y silenciosa Sacerdotisa.
-No te rindas nunca Nofertari, no te preocupes de tu pasado, solo de tu presente, el futuro vendrá, vive hoy. Nunca mas estarás sola-poniendo sobre sus suaves manos el tabardo de Nobleza-ellos y yo misma seremos tu familia ahora, aprende a sanar las heridas en la batalla, hazte tan fuerte por dentro como lo eres por fuera.
Mi hechizo de transporte me alejó de ella. A partir de entonces se convirtió en mi protegida a la que con frecuencia visitaba.
Mi queridísima Nofer, sé qué esperas mi regreso, cuídales en mi ausencia.

domingo, 11 de octubre de 2009

Danza improvisada

Me despojo de la capa y de las pesadas botas la suavidad de las aterciopeladas alfombras que cubren toda la habitacion acarician mis cansados pies,suelto mis castaños cabellos que caen libres a media espalda.
Dejo resbalar la pesada toga por mi cuerpo y me cubro con un vestido de seda de un azul muy suave,con lentos y pausados movimientos doblo cada pieza imbuida de magia por mi misma de mi atuendo de valiente batalladora,la camisa,los pantalones,la toga...sobre una mesa baja de madera de fresno,deposito mi bastón con forma de aleteante dragón,la varita,los anillos,la gargantilla,los abalorios,todo aquello que me otorga poder ha sido despojado de mi cuerpo,cada una de ellas tiene la historia de una batalla tras de sí;ahora soy ligera,eterea nada pesa sobre mi.
Guardo todo en una de mis bolsas,que solo abriré cuando esté lista para volver a usarlo y la dejo con cuidado en el arcón que se encuentra a mi lado.

Paseo descalza por la habitación,casi flotando sin utilizar hechizo alguno,no puedo evitar darme cuenta de que estoy danzando,recuerdo la niña que fuí que bailaba bajo la atenta mirada de sus progenitores...giro en el centro de la sala como una bailarina que ensaya su baile antes de exponerse al extricto criterio de su publico.

Me detengo en cada candelabro apagando con un leve soplido todas las velas,solo una queda queda encendida,la tomo y me aproximo a la primera estanteria,la mas cercana,mi mano se desliza acariciando los libros,me detengo en uno cuyo titulo reza:

"Dominio de la magia del fuego.Inciacion"

Preciosos recuerdos de mis inicios a la magia me asaltan,lo tomo y me dirijo hacia la cama que se encuentra al fondo,un gran dosel la adorna y una colcha de lino de un blanco sorprendentemente radiante,me recuesto sobre los almohadones y comienzo a releer lo que se encuentra escrito en el gastado libro,no tiene dibujos pero no son necesarios pues cada uno de esos hechizos tiene una imagen asociada y en todos me encuentro con la amorosa mirada de un padre que veia en su hija un apasionado fuego,el de la magia,un fuego que nadie podrá extinguir jamas de este palpitante corazón,que late al son que marcan las danzantes llamas...

martes, 6 de octubre de 2009

Dalaran


Utilizando la invisibilidad me dirijo lo mas rápido posible hacia la sede del Kirin Tor.
Me cruzo con muchos de mis apreciados amigos reprimiendo mis ganas de abrazarles,subo la empinada escalinata y antes de aparecer deshaciendo el conjuro de ser invisible me aseguro que no haya nadie conocido,me inclino con gracia ante los nobles representantes de la mencionada facción para pedir permiso para entrar,el principal de ellos inclina la cabeza para hacerme saber que se me concede el permiso,subo la gran escalera y me dirijo al portal que se encuentra a mi derecha.

como suponía la estancia esta vacía,el único que ronda es el mayordomo,que a cambio de unas monedas me ofrece una copa de delicioso y fresco vino,elaborado en la cuidad en que me encuentro.

- Sabia maga,¿ deseáis deleitaros con el suave sabor de una copa de vino?

-De acuerdo mayordomo,me vendrá bien refrescar mi paladar,gracias.

Tomo la copa que con sumo cuidado ha servido el mayordomo y me dirijo lentamente hacia el gran balcón al que tanto ansiaba llegar,retiro la capucha que me cubre y una suave brisa derrama mi castaña melena sobre mis hombros.

Y allí,a mis pies,la visión de la ciudad completa,desde aquí no se percibe el trasiego,solo silencio y el viento,degustando con calma el vino de un sabor algo dulce,me retiro a mis recuerdos,respirando el aire que al entrar en mis pulmones me traen parte de la tranquilidad perdida.

Sin esperarlo,el sorbo de vino se vuelve tremendamente amargo,era el ultimo..todo lo bueno se acaba,pero si se acaba se puede volver a comenzar desde el principio y así mejorar mas aun.

Deposito la copa vacía sobre la bandeja plateada,que brilla bajo la azul luz del cielo,sobre la mesa y busco en mi bolsa un libro muy especial.
Es un libro sencillo,de cuero sin adornos,solo algo luce en la tapa delantera,mi nombre,sobre un titulo:

"Evenstarson.
Las escuelas de Magia Arcana"

Al abrirlo,aparece a junto a mi un Familiar del Kirin Tor,que con una voz que para un desconocido causa pavor,me dice:

-Evenstarson,juré protegerte al obtener tu el conocimiento de las escuelas de magia,¿en que puedo servirte?

-Querido compañero,tu presencia me demuestra que un abisario de tu rango es fiel a sus palabras, llévame al lugar en que te confiaron mi protección.

-Pronuncia las palabras del libro y así será-me ordena mientras flota a mi lado.

Sin premura,obedezco,lentamente de mis labios salen palabras que leo sin esfuerzo de los raros signos que tengo ante mi,cierros los ojos,sabiendo la intensidad de la luz que va a envolverme.Al abrirlos estoy en la sala que deseaba,rodeada de estanterías de viejos,gastados y polvorientos libros,que desprenden el característico olor del conocimiento.
Aqui junto a Potopo,se nos confiaron nuestros Familiares del Kirin tor, aquí es donde me quedare meditando y perfeccionando mi magia, pondré en orden mi vida,descansaré de la agitada vida del aventurero, se sellaran a fuego en mi corazón los momentos vividos con "mis niños" de Nobleza, aquí,reposaré hasta mi regreso....

Visitas


Monto sobre su lomo y ansiosamente comienza a avanzar,adora pasear por la fría nieve.

-Llévame allí-le digo

No tengo ni que señalar,Sable sabe a que me refiero,y con sus gráciles movimientos felinos me lleva hasta donde deseo,la cumbre mas alta del lugar,solo una bandera gastada y roída por el paso del tiempo y el frió nos acompaña y contempla inmóvil y muda el paisaje que escrutan mis ojos.. aquí en esta montaña el frió es aun mas intenso,Sable,en un intento de proporcionarme su calor se tumba a mis pies,pero no es el frio lo que me hace temblar..tantos momentos vividos....
Antes que las lagrimas resbalen por mis mejillas y a causa del frío me hieran,subo a lomos de Sable de nuevo y bajamos lentamente por las empinadas laderas,paseamos por el aereopuerto,de casi imposible acceso para los que no lo conocen,aun oigo las risas de mis hermanos en nuestra ultima visita al paraje,me acarician los oidos como suaves telas de terciopelo.

Darnassus,El Exodar,Theramore...visito cada uno de los rincones de las ciudades,me espera la visita a Ventormenta.
Pronuncio con firmeza el hechizo de teletransporte y aparezco en el lugar en que tantas horas pase aprendiendo a ser maga,los expertos instructores me dedican como siempre la mas amplia,amable y acogedora de sus sonrisas.

-¡Evenstarson! que alegría verte de nuevo-me asalta la instructora con la que tantas horas pase conversando-¿estas de paso? podríamos acercarnos a la taverna y me cuentas como llevas el perfeccionamiento de tus hechizos

-No puedo,voy algo apurada de tiempo,como es costumbre ultimamente,lo dejamos pendiente si te parece

-¡Claro! ya sabes donde encontrarme,ademas no me engañas te conozco bien y tramas algo..- Su sonrisa iluminó el lugar mas que los grandes portales mágicos de color esmeralda que dominan la estancia.

A lomos de mi fiel felino,pasee por por toda la cuidad que me vio nacer y crecer en todos los sentidos,como persona y como hechicera.

me detengo ante la puerta de la gran catedral,mudo testigo de una promesa incumplida,

-Estará bien y sera feliz-afirmo en mi pensamiento.

Tras el largo paseo,Sable agotado me mira pidiendo un descanso,desmonto y se retira mientras,como siempre,pronuncio mi hechizo de teletransporte,me dirijo a Dalaran,la gran ciudad de los magos que se encuentra en el congelado continente de Rasganorte.

Comienza el viaje


Las laberínticas y empedradas calles de Forjaz son el escondite perfecto para pasar desapercibido,una maga misteriosa y cabizbaja envuelta en una capa azul celeste no es nada extraño por estos parajes,los magos solemos ser solitarios por nuestro perfeccionismo con los estudios de la magia así que no llamaba la atención.

Mientras caminaba lentamente hacia mi destino no dejaba de pensar en la ultima imagen de la polvorienta posada en que escribí mi despedida,el cazador de marcadas facciones que lloraba mi marcha,la picara que me observaba...ah! mis queridos hermanos de Nobleza...se me partía el alma al no haberlos estrechado contra mi pecho,jadeante por el llanto,antes de partir,pero... habría sido peor,para mi y para ellos.Saben que los llevo conmigo en mis pensamientos y en mi corazón..¿para que prolongar el dolor de tener que despedirme?

Por fin,llego a la tenue callejuela que une la Gran Forja con la plaza del banco y la subasta,camino por ella despacio para saborear el momento y percibir con calma el olor que desprenden las antorchas,al llegar al otro extremo vacilo antes de salir,es la zona mas concurrida de la ciudad y temo que alguien me detenga y me haga mas difícil la marcha.

Con paso firme,como si nada pasara,me acerco al buzón que hay en la entrada del banco,soy una maga mas ocupada en sus quehaceres.....

Pongo en orden mis correos,accedo a mi banco personal y al de la Hermandad para depositar las cosas que mas útiles les puedan resultar.
Una vez concluida mi tarea me dirijo a la salida,la gran puerta de Forjaz se alza frente a mi desafiante,miro a mi alrededor,gente como hormigas ocupadas en comprar,reparar,ayudando a los que se inician y otros buscando a valientes compañeros para enfrentarse a los peligros de una mazmorra,normalidad,tranquilizadora e inquietante a la vez.

Un leve tirón en mi capa me crispa,me sereno y me giro,un Gnomo que acaba de iniciar su andadura en el arte de la brujería,me pide unas monedas para pagar los servicios de su instructor,las deposito en la palma de pequeña mano y sin esperar agradecimiento alguno me dirijo hacia el gran pórtico que me llevara a mas aventuras pero esta vez....en soledad.
El cortante frio de las montañas acaricia mi rostro sin dañarlo,salgo del bullicio de la gran puerta con gente que entra y sale y otros que combaten entre si en duelo,un leve silbido sale de mis labios entreabiertos,un gran Sable de Hielo Presto se detiene a mi lado.

El gran felino de blanco pelaje,gruñe suavemente mientras me empuja con calma la mano, haciéndome saber que entiende como me siento,le acaricio con toda la ternura que albergo y le susurro:

-Tenemos que irnos fiel compañero,pero antes daremos un paseo por estas tierras, sentirás la nieve bajo tus garras y yo el viento en la cara,seremos libres.

En esta posada....





Sentada en una silla de madera de color oscuro en uno de los rincones de esta polvorienta posada,
"Posada el buen descanso" que buen nombre para el lugar de mi reposo,cansada de tanta guerra degusto un vaso de la cerveza mas suave de que disponen.

Cantidad de recuerdos y vivencias atraviesan mi mente como espadas,algunas de ellas agradables,otras demasiado afiladas e hirientes....
Destierro de mi mente las dañinas y abrazo con ternura las amables,de pronto me asaltan caras sonrientes que me agradan el trago de la cerveza;razas,clases...personas que me alegran el alma al pensarlas.
Una sonrisa se dibuja en mi rostro al pensar en Zae,Elo,Jarrek,Trabu,Rhür,Poto...y la larga lista de miembros de la hermandad que me acogio en mi despertar en este cruel mundo de Azeroth.

Miro a mi alrrededor y veo la tenue luz de la vela de mi mesa que ilumina el pergamino en el que escribo,amarillento se deja acariciar por la pluma que traza mis palabras,el recorrido de la cera derretida dibuja un camino curvado y bacheado que recorro con el dedo,en la mesa de alado un enano y un humano comparten las cicatrices de la guerra,mientras un gnomo muy reservado observa la escena desde la barra.
La enana camarera ofrece fresco brevaje a un fornido elfo que acaba de efectuar su entrada,un draenei conversa animadamente con la gnoma mas guapa del lugar,ella coquetea mientras su pareja mira con furia fumando de su pipa desde la otra esquina de la estancia.
Todas las razas y clases,brujos,magos,paladines,guerreros....todo se mezcla en el trajin de la fiesta,todo batallador que se precie merece su parcela de expansión.

Se rie y se bebe,se baila...solo una maga del lugar tiene el rostro sombrío,la que escribe en el pergamino y bebe a pequeños sorbos de una jarra aspera y gastada.
Busco en mis bolsas y encuentro pociones de vida y de maná,runas de portales y teletransporte,particulas arcanas para poner intelecto a mi grupo...pero...estoy sola..aprieto con rabia esas particulas y lagrimas se derraman de mis ojos para resbalar por mis mejillas.
Saco con cuidado mi libro de hechizos,gastado pero cuidado, me a acompañado en mis viajes,releeo lo que fui escribiendo y recuerdo el dia en que llegó a mis manos,despacio voy pasando las paginas mientras recuerdo los mas exitosos y las veces que me fallaron por inexperta.
Lo ultimo que aprendì la polimorfia de gato negro,regalado por mis nobles compañeros,y probado en el propio maestro... no puedo evitar sonreir el gran brujo Potopo convertido en gato negro :)

Mi llavero,objetos de misiones incompletas aún...tantas cosas que me acompañaban...una rosa roja,un ramo de rosas negras y otro de rosas blancas,una carta, materiales de encantamiento,telas para coser,hilo...que cantidad de cosas!!! con razon pesaban tanto!!!....

Cierro la mochila y continúo con mi escritura,el pergamino reza:

"Queridos miembros de Nobleza,
un dia juré que mis hechizos estarian a vuestro servicio,y lo estarán siempre
pero la guerra es cruel y necesito descansar,
me retiro a un lugar lejano y tranquilo para perfeccionar mis hechizos mágicos.
Una maga no puede permitirse relajarse en el tema de la magia,
necesito estudiar tanto los hechizos como mi propia vida.
Os llevaré en mi pensamiento y en mi corazón siempre.
Volveré...y es palabra de Maga.
Even"

Con cuidado cierro el pergamino y lo sello con lacre rojo

Me levanto despacio,y coloco sobre mis hombros mi capa azul celeste,subo la capucha para ocultar la tristeza de mi rostro y me dispongo a salir pero una mano me agarra con firmeza del brazo,me giro y es un draenei que me resulta familiar luce un tabardo de mi querida hermandad.
Me dice que no con la cabeza,yo sonrio levemente y le entrego el pergamino,me acerco despacio y le susurro al oido:
"Entregasela a Potopo por favor"

Le beso la frente y salgo de la posada.,mi celeste capa desaparece en las oscuridad de las sombrías calles de Forjaz.....