jueves, 31 de marzo de 2011

Ceremonia en la noche

Sejmët corría como una loca por toda la habitación buscando algo que solo ella sabia que era y donde lo dejó.

-Sej,relájate que te va a dar un jamacuco!-le espetó Musa desde la terraza.

-El sol comienza a ponerse,la hora se acerca y tu ¿estas tan tranquila?va a ser nuestro  ritual de iniciación y ni te inmutas y para colmo ¡juntas!eso no lo consiguen todas las hermanas,deberías saberlo.

-Y lo se,como también se que es imposible hacerlo con tu pareja y en mi caso mi Delain va a estar presente...-una sonrisa picara se dibujo en el rostro de la paladín.

-Ya lo encontré-dijo sejmët sosteniendo una pequeña barra cosmética de color rojo intenso-Justo el que a él le gusta-murmuró...

Salieron rápidamente de la posada y se dirigieron hacia la catedral,allí les esperaban el resto de participantes.
Los mofletes de Delain se pintaron de un tono rosa a contemplar el guiño de Musa,sejmët saludó a Nofertari tras lo cual buscaron con la mirada a la maestra de ceremonias por petición unánime de las 4 féminas,Evenstarson.

La maga apareció por la entrada principal de la catedral enrollando un pergamino sobre como tejer vendas,al levantar la cabeza su rostro se iluminó con una sonrisa.

-Que puntuales chicas,¿listas?-no esperó respuesta y recitando una formula arcana comenzó a crear un portal al Exodar.
La ciudad/nave se conservaba intacta,plena de tonos grises y rosados de una exquisita suavidad,aun los restos de aquel esplendor eran bellos,salieron de allí y aspiraron el particular aroma de sus bosques.

Subieron en sus monturas y entre risas y animadas conversaciones se dirigieron al lugar en que las esperaban con todo dispuesto,el silencio fue reinando conforme se acercaban al lugar deseado,la noche ya llegaba y bajo su amparo realizarían su cometido.

Aquellos restos de la nave eran sin duda especiales,retazos de metal con los característicos tonos pastel perfectamente sellada a miradas indiscretas mediante una burbuja mágica creada por la maga, solo la suave luz de la luna podía penetrar en el anatema de aquel lugar.

Ignorantes las mujeres no se percataron de que tres figuras encapuchadas dormían justo allí,tras sellar la burbuja se dispusieron a comenzar.

Una enana de anaranjadas trenzas contemplaba con asombro junto a un boquiabierto acompañante como se dirigían a un elegante arcón de madera en el que había 4 túnicas de fino velo blanco y otra en un tono azulado para la guía del ritual.
Las 5 mujeres comenzaron a despojarse de sus ropas para ponerse las transparentes túnicas,las cuales tapaban muy sutilmente apenas las voluptuosas curvas de sus exóticos cuerpos, la vaporosa túnica se ceñia al cuerpo de la maga dejando ver sus formas,como si de una segunda piel se tratara.

En el silencioso idioma de los gestos,propio de los pícaros,el enano hablaba con su compañera:

-(¿que hacen?)
-(Ni idea,pero pronto lo averiguaremos,mira)

Mirando a su alrededor pudieron comprobar que se habían quedado dentro de la mágica burbuja protectora,el tercero, dormía plácidamente ajeno a todo

-((Este Ayubu...menuda forma de montar guardia))-pensó para si Eléboro.

Se colocaron en circulo,even en el centro con los brazos alzados,Nofer,Sejmët,Musa y Delain a su alrededor arrodilladas simulando con sus extremidades superiores la danza del mar,el dulce oleaje de la marea que acaricia la orilla,sus esbeltos cuerpos danzando al unísono como movidos al compás de una melodía inaudible.
Los dedos de Even se movían con soltura mientras una especie de cantico que ensalzaba las virtudes de los Naaru en un extraño idioma atravesaba osadamente la barrera de sus labios.

Pronto la melodía de aquella extraña salmodia fue entonada por todas las participantes, Even trazó un dibujo en el aire,pronunciando unas palabras incomprensibles instantáneamente brotó una pequeña llama en la palma de su mano

-Sejmët...-Susurró

La draenei se levantó y con suavidad tomo la pequeña llama adueñandose se ella,cambiando las palabras en la mano de Sejmët brotó un pequeño cubito de hilo que se deshizo rápidamente debido a la cercanía de la llama,la chaman inclinando la cabeza hacia atrás susurro algo imperceptible y el fuego y el agua estallaron en miles de gotas y diminutas ascuas.

Tomó un puñado de la tierra blanda que se hallaba a sus pies y la entrego a la chaman que con otro susurro hizo que se desmenuzara en fina arena esparciendose al igual que los anteriores.

-Fuego,agua,tierra...-murmuró Evenstarson

Sejmët, se acercó a la maga y tomando su rostro entre las manos con suavidad, depositó sus labios sobre los de ella, que dió un respingo, sobresaltada ante el intimo gesto. La draenei entreabrió la boca y aspiró, como si quisiera coger una parte del hálito de su amiga. Alzó la cara y exhaló el aliento de ambas.

-...aire...

Los pícaros observaban escondidos  la escena cuando algo llamo la atención de Eléboro a la que su profesión le había enseñado a ver entre las sombras,no se la podía engañar,alguien mas espiaba aquel rito,se dió la vuelta y vio que el troll aun dormía apoyado en aquel grueso tronco ¿quien era entonces?.

De las profundidades de la tierra surgió un rumor,las Draenei se colocaron junto a la maga cesando la salmodia y dejando el centro libre,en ese instante un temblor provoco que la tierra se abriera cual flor en primavera y de allí emergió una figura femenina de piel oscura con cabellos que tomaban las formas del bosque,la esencia de la tierra.
Sus ojos del color del jade mas hermoso escrutaban a las 5 mujeres,mientras ellas podían contemplar la exótica y exhuberante desnudez de aquella que las observaba.
Un sonido familiar para la maga las hizo derivar su atención de la tierra para observar como con el crepitar de las llamas de la nada surgía una rendija de luz,creciendo lentamente fue tomando la forma de una figura echa de magma.
Unas musculosas piernas dieron paso a un poderoso torso masculino. Brazos y cabeza brotaron de la ígnea forma. Como resultado, tenían ante ellas un espíritu elemental de fuego de hermosos rasgos. Sus ojos eran rojos, como la sangre y emitían un fulgor ardiente.

El viento soplo con violencia formando un torbellino que dejaba ver una silueta también masculina,formada por una neblina para hacerlo visible,un elemental de aire.
El sonido de la furia del agua acaricio sus oídos y del suelo brotó un géiser que estallo en un millar de gotas sobre los presentes,al calmarase la furia del agua pudieron contemplar otra figura,esta vez femenina,de un precioso tono azul lapislázuli y con cabellos que flotaban  hechos de blanca espuma de mar,un elemental de agua.

Los cuatro señores miraron a las componentes del extraño ritual.

-¿Nos has llamado tu,joven chaman?-dijo el señor del fuego dirigiéndose a Sejmët con una poderosa voz

-Así es,mis hermanas y yo venimos a implorar vuestra unión,nuestros cuerpos adultos están listos para la iniciación.

-¿y la humana?-pregunto de nuevo el fuego.

-También es nuestra hermana aunque no de sangre,ha ayudado con su magia en el rito de invocación,permitidle presenciarlo.

-No-sentencio con firmeza.

Justo cuando Sejmët iba a proferir una protesta el elemental continuo hablando haciendo un gesto con su mano.

-No será testigo, sino participe.

Evenstarson no pudo evitar estremecerse ante la incertidumbre de lo que iba a ocurrir.
El imponente elemental poso sus intensos ojos en las formas de ella,levanto una mano para acariciar su rostro y Even se encogió.

-No debes tener miedo,ninguna humana ha experimentado esto antes...

Para sorpresa de la hechizera, no quemaba; al contrario, su roce era casi electrizante y cálido.
Alzó la otra mano y sujetando el rostro de Even lo acerco al suyo,la humana percibió el caliente y recorfontante aliento del fuego.
Sus labios se unieron y la maga no pudo evitar un jadeo. Con una ardiente lengua penetró en su boca, haciéndola temblar de excitación. Un intenso calor ascendió desde las entrañas de su cuerpo, sofocándola. El sudor resbaló por su pecho.
Uno a uno los elementales unieron sus labios a los de ella mientras extasiada flotaba entre las cumbres del placer mas exqusito.El señor del aire,jugueteo con su vestido que resbalando dejo al descubierto su desnudez.

-Uníos...-dijo la tierra tomando a Musazul de la mano mientras se enredaba como la hiedra entre sus muslos arrancandole un gemido.

Al aire le había divertido su juego,liberó a las Draenei de sus finas vestiduras una a una colmandolas de etéreas caricias,el agua había tomado posesión de Deläin que jadeaba entrecortadamente mientras el elemento recorría con la lengua su piel proporcionandole humedad y frescor en su paseo por las formas de la chaman.

Nofertari jugueteaba con su propia intimidad. Sus dedos se deslizaban entre su excitado sexo mientras las caricias del aire erizaban todos los poros de su piel.

Evenstarson pasaba de los labios de Sejmët a los del Fuego mientras este acariciaba sus senos juguetonamente sin rozar los pezones haciendo sufrir a la maga.

-Déjate llevar...-le dijo Sejmët

El elemental la tumbó y comenzó un juego de caricias con manos y lengua que llevó a la maga al borde de la locura. Ella suspiraba, arqueando la espalda como si una corriente eléctrica recorriera su columna. Los calientes dedos del elemental bajaron hasta su sexo y la maga emitió un grito de placer cuando penetraron en su intimidad. Masajeando su punto neurálgico, sus dedos se movían ágiles entre sus formas haciéndola experimentar algo que jamás había conocido. Un éxtasis absoluto.

-Pídemelo.- le dijo el fuego. La maga lo miró, confundida. El elemental le sonreía mientras la besaba de nuevo, apasionadamente.

- Pídemelo...- volvió a repetir.
-Por favor... - dijo ella entre suspiros-... no puedo más.- presa de una arrebatadora pasión impropia de ella, sujetó el rostro del elemental y lo miró a aquellos profundos y ardientes ojos.

-Quiero...- sintió un atisbo de vergüenza- quiero sentirte dentro de mí...- dijo al fin, apoderándose de nuevo de aquella cálida boca.
-Era lo que quería oir...

Abriéndose hueco entre las caderas de la maga, sus sexos se rozaron, provocando un escalofrío en la mujer. Una erecta y tórrida masculinidad la penetró lentamente, mientras la maga sentía que su vista se nublaba. Con un ritmo pausado y cadencioso el elemental arrancaba gemidos extasiados de sus labios mientras los labios de su amiga recorrían su cuerpo sudoroso que temblaba como una hoja.

Mientras tanto Musazul,Nofertari y Deläin estaban a punto de alcanzar el clímax.
La sacerdotisa gozaba en las etéreas manos del Aire que sujetandola por las caderas la colocó a gatas mientras el susurro del viento resonaba en sus oídos. La brisa acariciadora del espiritu del viento entró en su interior enérgicamente.

Musazul y Deläin se besaban apasionadamente, cruzando sus lenguas como raíces llenas de vida mientras la Tierra y el Agua contínuaban sus caricias, llevando sus labios hasta las profundidades de sus respectivos cuerpos.

Los gemidos orgasmicos del clímax casi a la vez de las 5 mujeres estallaron contra la mágica barrera creada para proteger el ritual.
El señor del fuego se derramo sobre la maga,vertiendo su ardiente esencia, empapandola y arrancando un grito de placer como nunca había emitido.

-¿Cómo te encuentras?- le preguntó Sejmët, sonriente, cuando el Fuego se incorporó, después de volver a besarla. Evenstarson se echó a llorar como una niña y se tapó el sudado rostro con un brazo.

-Es imposible de describir...- le dijo entre sollozos- ¿Qué es lo que hemos hecho?

-Ser uno con la Tierra, uno con la naturaleza, uno con los elementos, uno con el universo. Bienvenida a nuestro mundo...- le susurró, acariciando su rostro.

-Es hora de marcharnos...- susurraron los elementales al unísono, desapareciendo lentamente,Even no puedo reprimir el intento de evitar que el señor de su elemento desapareciera...

-¿Creéis que nuestra Even ha aprendido algo hoy?- dijo Deläin entre susurros, mientras aún besaba a Musazul.

-Ha aprendido a sentir.- les dijo Sejmët.

Ebrias de placer aun, comenzaron a prepararse para el regreso.

La enana se tapó la boca con la mano reprimiendo una carcajada cuando miró a su compañero.

-(No sé si hacerme la caseta de campaña usándote a ti como mástil hoy)
-(Ya te vale, Eléboro)- le dijo el enano, azorado, mirando su entrepierna.

Una pequeña figura echo a correr saliendo de su escondite una vez la mágica barrera desapareció,Ayubu alertado por el jadeo interceptó a la huidiza forma y la llevo ante Eléboro.

-Vaya,vaya parece ser que no hemos sido espectadores de excepción....¿no es cierto...Penicilina?

Los enormes ojos de la gnoma se llenaron de lagrimas y estallo en un llanto histérico.

-Yo...no queria...las seguí y ya no pude...salir...

La picara observo el desaliñado aspecto de la inquieta sacerdotisa,su toga estaba arrugada y mal abrochada,aun jadeaba y su rostro estaba perlado por diminutas gotas de sudor.

-((Es evidente que ha disfrutado el ritual tanto como ellas))-pensó para si entre risas.

-¡Si no me dejas ir mi hermano me encontrara!-amenazó

-No digas bobadas,eres la hermana del peliverde,anda vete y pobre de aquel al que lleves a tus aposentos hoy...

Eléboro y el enano estallaron en carcajadas mientras el Troll les interrogaba para saber que había pasado y la pequeña Penicilina corría como una loca aun pensando en el delicioso espectáculo del que había sido testigo.

martes, 8 de marzo de 2011

Una pequeña cala.

Se me heló la sangre en las venas,ante mi tenía al responsable de mi eterna maldición,pero como culparle...¡el ahora es un caballero de la muerte por mi causa!

Me ardía en los labios la pregunta de que le ocurrió después de correr yo en auxilio de mi hermano mientras el yacía muerto tras la caricia de mi daga,pero temía recordarle un capítulo de su vida,a mi juicio,amargo y desagradable.

En sus ojos no vi odio y en su sonrisa había incluso ternura,al menos es lo que vi fugazmente antes de que me disculpara torpemente y abandonara el balcón y la reunión.
Mi carácter no era cobarde pero me superó la situación,entre nosotros no había nada y sin embargo había un todo.
 Salí a toda prisa del barrio de los Magos,necesitaba un espacio mas abierto y llenar mis pulmones con el frescor de la brisa nocturna,me dirijí al puerto,buscando un lugar apartado y tranquilo para aclarar mis ideas y plantearme seriamente abandonar Nobleza; para evitar la incomodidad de tener que vernos a diario,aunque a mi no me suponía incomodidad yo creí que a el si podría causarsela.

Tras recorrer todo el puerto encontré el lugar que buscaba;una pequeña cala,un reducido rincón adornado por la grisácea falda de la montaña,salpicada de brotes de hierba en diferentes tonos de verde a modo de lunares.
Solo se escuchaba el arrullo del piélago muriendo en aquella orilla,mientras la luna,coqueta,se reflejaba en la cristalina superficie,el hálito del mar mecía mi pelaje,mi forma licántropa me hacia sentirme mas segura y me otorgaba calma para analizar las situaciones.

Comenzaba a relajarme y entonces aquella suave banda de seda tapó mis ojos,no perdí la calma,deslice mi mano por la empuñadura de mi hacha;que yacía a mi lado.

-Tranquila Lûst.

Su tono de voz era relajado y autoritario a la vez,mi respiración se agitó pero no mostré un ápice de rendición,mi arma con un solo gesto asestaría un golpe mortal.

-He imaginado esto muchas veces y hoy se cumple...tu solo relajate lobica mía.

Apartó el hacha de mi lado sin que yo moviera un músculo para impedirlo,su varonil voz en mi oído,aun con ese timbre de ultratumba,me habían desarmado y no solo apartando mi arma de mi.
Sentí su aliento en mi nuca y pronto su cuerpo se pego al mío por la espalda,sus manos recorrían mis brazos mientras mi forma de loba me abandonaba para dejar paso a la humana aparentemente a merced de aquel, aun, desconocido.

-Toda una guerrera,toda una mujer,toda una loba...para mi solo al fin.

Tras aquellas palabras apartó mi melena y clavó sus dientes en mi cuello,provocando que un escalofrío me recorriera por completo,sus hábiles manos me despojaron de mi pesada coraza liberando mis senos que; receptivos,recibían ahora sensuales caricias en sus excitadas y marrones cumbres.
Un torbellino de sensaciones me recorría,incapaz de hablar ni de actuar,inmóvil por causa del deseo mientras mi cuerpo gritaba pidiendo placer.Deslizó mi pantalón acariciando el contorno de mis caderas,dejando toda mi desnudez al descubierto,mi respiración se tornó en suspiros,mis instintos animales despertaban.

Me gire y comencé a desnudarle,la venda hacia rato que había caído,le miraba fijamente mientras retiraba su ropa con ansia,deseando contemplar su hombría en todo su esplendor;buscandome.
La sola visión de su intimidad erecta termino de desequilibrar la balanza de mi cordura;lentamente acerque mis labios a los suyos su mano en mi nuca me obligo a besarle con vehemencia mientras subía mi pierna hasta su cintura;el calor que desprendían nuestros excitados sexos hacia que las palpitaciones fueran aun mas excitantes,tan cerca y aun sin contacto.
Su húmeda lengua invadió mi boca proclamandose colonizador de mi primer beso,descendió hasta mi cuello y después tomo posesión de mis senos,un hambre voraz se apodero de mi;así pues procedí a saciarme,baje lentamente lamiendo y besando su torso y su vientre hasta llegar a ese manjar que me esperaba cual fruta prohibida.

Lo devoré golosa, acariciando cada zona con la humedad y suavidad de mi lengua y mis carnosos labios,deteniendome en su base y recreandome en la punta mientras sus dedos se enredaban en mi pelo y gemidos con mi nombre surgían de sus labios.

-Lûst...

Su mano en mi barbilla hizo que me alzara ante el,me obligó a tumbarme,su rudeza hacia que mi excitación se encendiera mas allá de lo que yo había experimentado nunca en soledad,su miembro se adueño por completo de mi sin miramientos,adoptando pronto el frenético ritmo previo al orgasmo,mis uñas rasgaron la piel de su espalda para poco después sentirme plena con su esencia derramada en mi receptivo sexo tembloroso aun en éxtasis.

-Aun no ha acabado querida-dijo entre jadeos-Aun tengo que demostrarte lo mucho que he esperado esto...

Hundió sus labios en mi feminidad empapada haciendo que nuestras formas de lobo emergieran,me giró sobre mi misma colocandome a gatas,agarró mis caderas excitandome de nuevo como si aun no hubiera saboreado el punto álgido del placer, mientras aullaba me hizo suya de nuevo llevandonos a las inexploradas sendas de un segundo orgasmo,intenso y fuerte y no tuve opción mas que la de rendirme a ese salvajismo que no esperaba me domeñara de esa forma.

Rendidos caímos uno junto al otro,hice de su pecho mi almohada y me rodeó con su brazo mientras nos dejábamos acunar por el cansancio y el sueño antes de que las dudas y las preocupaciones se adueñaran de nuevo de la razón,en aquella pequeña cala no había espacio para ellas.