martes, 9 de agosto de 2011

¿Salvaje?

Era ya tarde,la madrugada había dejado desiertas las calles de Ventormenta,la suave brisa marina que desde el puerto entrada y danzaba entre los edificios hacia sonar los arboles como suaves sonajeros que acompañan a un bebé.

Apoyada en la ventana vagaba entre mis recuerdos mientras Bombay ronroneaba a mis pies,echo un ovillo.
Algo despertó mi interés en la base del gran torreón que domina el paraje,una tambaleante figura que entre sombras veo derrumbarse y caer pesadamente sobre la hierba.
Cualquier persona sensata habría olvidado el asunto pero yo...no podía dejarlo así,acudí rauda en auxilio de aquel desdichado.

Una elfa de larga melena argenta y piel blanca yacía inmóvil a mis pies,acerque la mano varias veces para girarla pero el temor de que fuera ella me lo impedía.Al fin supere el obstáculo del temor y gire a aquella criatura.

Efectivamente se trataba de Diosadulcine,mi querida druida...

Su rostro radiante como la luz de la luna se hallaba levemente arañado en las mejillas,apenas cubría sus formas con una primitiva vestimenta de cuero salvaje en tonos oscuros,sus manos y sus pies lacerados llenos de heridas y arañazos aun sangrantes y sucias de tierra y polvo,y en su cuello un colgante tan extraño como el aspecto que presentaba.

La tome en brazos y la lleve a casa,la tumbe en la que ya consideraba su cama y con sumo cuidado desinfecte y cure cada una de sus heridas,su respiración era extraña acelerada y pausada a la vez,me diriji a la cocina a por agua para intentar darle de beber y me tropecé con aquel taburete como siempre

-Maldita sea,siempre me doy en la espinilla-Murmure entre dientes acariciando la zona del golpe

Un maullido me alerto de que algo ocurría en el dormitorio de Diosa,al llegar a la puerta contemple a una enorme gata blanca con marcas druidicas en los costados que arrinconada sobre la cama me miraba con un fulgor extraño 

-Diosa...soy yo Even...-dije dando un par de pasos hacia ella

La felina enseño los dientes emitiendo un bufido,Bombay salió de debajo del armario y corriendo abandono la habitación.

-Diosa,se que eres tu...no me obligues a hacerte daño,no quiero ha...

Antes de terminar la frase desapareció ante mis ojos

-El acechar de poco te va a servir en mis dominios.

Una llama brotó de mis manos lanzando un fogonazo que llenó de llamas el suelo de la estancia, un quejido me delató su posición y lancé una lluvia de hielo para sofocar las llamas cuidando de no hacerle mas daño.

Tumbada en un rincón la felina recupero su forma elfica y mirandome como si no me conociera murmuro:

-Even,¿eres tu?

Al asentir con la cabeza se lanzo corriendo a mis brazos y rompió a llorar

-Even,se ha ido,y ahora yo...-intentaba explicar entre sollozos

-Shhh,no digas nada,ahora no.

Largas horas pasamos en silencio,ella apoyada en mi regazo derramando hasta la ultima de sus lagrimas,una vez agotadas velé su sueño con maternal ternura.

3 comentarios:

  1. Bueno, parece recordar. Al menos, sabemos que está viva, aunque nada sepamos de por qué decidió sumirse en el Sueño Esmeralda y qué la hizo despertar...

    Aún así, déjala llorar sobre tu regazo. Con el tiempo, las lágrimas iran menguando su caudal.

    Sólo el que se va, sabe cuáles son la circunstancias que le impelieron a ello. Sobre eso puede dar fé cierta enana de anaranjadas trenzas... ;)

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  2. Llorar es bueno y lo necesita,seguro que cuando se calme nos cuenta que ocurrió en el Sueño Esmeralda,como salió de allí y el porque de se felina agresividad.

    Ay,mi querida enana de anaranjadas trenzas...hecho de menos la melodía de la voz de mi querido Narrador...

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  3. Un día de éstos se dejará oír de nuevo.
    Las palabras del Narrador tienen que fluir... y ahora está afónico después de un largo viaje en barco. Ya sabes, la brisa marina nocturna, el exceso de uso del apéndice bucal para otros menesteres que no están relacionados con la narración, etc... ;)

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