domingo, 26 de septiembre de 2010

Secuestro

-No consientas que se levante,aún esta débil y debe guardar reposo,voy a mi laboratorio, volveré en cuanto termine de fabricar los frascos para la Hermandad.

Asintiendo Cartagenera entró en la habitación de Even la cual gruñía sobre mi terquedad mientras yo me dirigía a mi rinconcito,en el cual pasaba largas horas desde que me inicié en el arte de la Alquimia.

Usando mi teletransporte me dirigí al Claro de la Luna,un lugar de gran importancia para mi,pues aquí por 1 vez sentí la paz en mi tras conocer al Espíritu del Gran Oso,allí junto al lago en un rincón oculto bajo algo de maleza se encontraba la caja que guarde hacia ya bastantes años,en mis inicios como druida,pero faltaba algo por guardar...

Desenterré la caja y la nostalgia me invadió al abrirla y contemplar su contenido,no revolví demasiado tan solo deposite un pequeño saquito de tela cuyo contenido era tan pequeño como de gran importancia: un mechón de pelo verde,el mismo que había cogido de mi amado Bicar la noche anterior en nuestro encuentro,entrelazado con uno de color blanco,un mechón mio.
Con cuidado volví a poner la pequeña arqueta en el mismo lugar y la enterré de nuevo.
Con una sonrisa invadiendo mi rostro y evocando las caricias de mi querido Gnomo me dirigí hacia Silva Fil'naveth,la maestra de vuelo para ir en grifo hacia Darnassus.
Se respiraba paz, solo rota por los rugidos de los sables de la cuidadora Lelanai no conseguia acallar,a pesar de ser una cuidad era tranquila y pausada.
Monte en mi inseparable felino blanco,regalo de Even,y me encaminé hacia mi laboratorio a las afueras de la urbe,en el Lago Primigenio.

-Sejmët ha estado aquí otra vez-murmuré mientras sonriente recogía el fardo de Flores exanimes y tréboles de oro que había en la puerta.

Inmeditamente después de haber puesto un pie en el interior del confortable habitáculo repleto de estanterías plagadas de diferentes botellas con formas y colores a cual mas llamativos, un intenso frió me inquieto sobremanera,llame a Negrito que nervioso daba vueltas por la habitación,haciendo caso omiso a mi llamada se metió en uno de los armarios vacíos a ras de suelo.

-Sal de ahí,no seas rebelde...ven...aqui...-algo a mi espalda se movía,me giré bruscamente mientras me transformaba en felina.

-Vaya,vaya..eres mas rápida de lo que creía,no debí subestimar a una elfa nocturna.

La visión de aquel desfigurado ¿hombre?,bloqueando la única salida, era aterradora,un caballero de la muerte de mirada despiadada y sin brillo,sin un atisbo de vida.

-Tu...tu eres...¡Demian Elric!-encajaba con la descripción que me dio Thassarian cuando preocupada fui a hablar con el,con la fiebre y los delirios de Even no se lo he contado a Bicar todavía,mis afiladas uñas sobresalían de mis patas preparándome para cualquier ataque.

Una siniestra carcajada acompaño unas palabras en un tono mas que desafiante

-¡Soy famoso!,pero...no tanto como tu...en forma felina estas mas que apetecible-la lascivia se apodero de los antes inexpresivos rasgos del caballero-me voy a divertir mucho contigo elfa...y sera doblemente satisfactorio pues ese Gnomo sufrirá mucho mientras tanto...delicioso,me alimentara su desesperación y tu cuerpo.

-¡Te equivocas!-mientras gritaba un ágil salto pretendía impulsarme sobre mi oponente y saltando sobre el propinarle zarpazo que le hiriera profundamente provocandole una hemorragia,pero mis alas fueron cortadas pues tras de mi apareció un pequeño ejercito de necrófagos con sus chirriantes grititos que me apresaron obligandome a agazaparme contra el suelo,la sangre de mi zarpa derecha me confirmo que había alcanzado a mi enemigo,alze la vista y de su cuello brotaba el flujo de la vida.

-¿Crees que podrás conmigo?-por desgracia las laceraciones no eran tan profundas como creía.-dejaremos un regalito a tu querido Bicar,para que sepa que estas conmigo y no se preocupe.

Tomando un trozo de papiro,del que uso para escribir mis recetas y formulas de alquimia, escribió algo que se mancho con las gotas de sangre que caían de su cuello.

-¡Ah!lo olvidaba..también tengo un presente para ti mi delicia elfica...¡traed el collar!-uno de los necrófagos salio rápidamente para volver con un extraño collar dorado,como si el mas fino orfebre hubiera tallado su obra maestra en aquella pieza,su brillo embriagaba y la piedra negra del centro era de una belleza sin igual,el cierre tenia forma de garras de hueso.

Al ponérmelo un tremendo peso me agoto de pronto,mi forma felina se desvaneció sin que yo pudiera impedirlo,el don de los druidas me abandonó,no podía transformarme en nada.

-Así es mejor,así no podrás escapar de tu destino...¡llevaosla!.

Al quedar vació el laboratorio Negrito salio de su escondite,con la boca cogió el trozo de papiro y se dirigió sin pensarlo a toda velocidad hacia Ventormenta,en la boca del animal el amargo sabor de una de las gotas de la sangre de Demian hacían que sus fuerzas aumentaran para encontrar a alguien que salvara a su dueña...

1 comentario:

  1. Maldito malnacido, juro que salvaré a mi diosa y no dejaré que ese bastardo la haga nada, ya que como ose hacerle algo se arrepentirá de no haber muerto cuando tuvo ocasión de hacerlo.

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