sábado, 12 de diciembre de 2009

Idem

En una humilde casa en el Bosque de Elwing ese día era alegría, un hormigueo de mujeres que entraban y salían y un hombre de oscura barba que daba nerviosas vueltas en el exterior junto a un manzano, dentro una mujer gritaba de dolor.

-Tranquilo,los dolores de un parto pueden arrancar gritos que ni una espada atravesando una mano podrían; la vida se abre paso y es doloroso-le intentó calmar la partera con una sonrisa.

Poco consuelo le otorgaron esas palabras al Paladín, oír los dolorosos gritos de su mujer no le permitían encontrar sosiego,finalmente una de las atareadas mujeres salió fuera y le dijo:

-¡Una hermosa niña ha llegado a su casa!.

Una ruidosa risa del recién estrenado padre acompañó la noticia,pero al intentar entrar la mujer se lo impidió alegando que el alumbramiento aún no había concluido.
Los gritos cesaron dejando paso al llanto de una pequeña;el corazón del Paladin se colmó de alegría.

Finalmente se abrió la puerta,una a una las mujeres fueron saliendo,la ultima portaba el precioso fardo,sus rostros eran sombríos;una de ellas tomó la palabra:

-Mi señor,la madre no ha podido soportar el parto.
Consternado cayó de rodillas invadido por un amargo llanto,al recibir a su hija en sus brazos la estrechó contra su pecho,sabiendo que en ella volcaría toda la ternura y el amor que poseía.

Así comenzó la vida de Idem,marcada por la tristeza.

-Hummm,Even si no t importa contaré yo misma mi propia historia.A los brujos no nos gusta que se entrometan en nuestros asuntos.

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