martes, 6 de octubre de 2009

Comienza el viaje


Las laberínticas y empedradas calles de Forjaz son el escondite perfecto para pasar desapercibido,una maga misteriosa y cabizbaja envuelta en una capa azul celeste no es nada extraño por estos parajes,los magos solemos ser solitarios por nuestro perfeccionismo con los estudios de la magia así que no llamaba la atención.

Mientras caminaba lentamente hacia mi destino no dejaba de pensar en la ultima imagen de la polvorienta posada en que escribí mi despedida,el cazador de marcadas facciones que lloraba mi marcha,la picara que me observaba...ah! mis queridos hermanos de Nobleza...se me partía el alma al no haberlos estrechado contra mi pecho,jadeante por el llanto,antes de partir,pero... habría sido peor,para mi y para ellos.Saben que los llevo conmigo en mis pensamientos y en mi corazón..¿para que prolongar el dolor de tener que despedirme?

Por fin,llego a la tenue callejuela que une la Gran Forja con la plaza del banco y la subasta,camino por ella despacio para saborear el momento y percibir con calma el olor que desprenden las antorchas,al llegar al otro extremo vacilo antes de salir,es la zona mas concurrida de la ciudad y temo que alguien me detenga y me haga mas difícil la marcha.

Con paso firme,como si nada pasara,me acerco al buzón que hay en la entrada del banco,soy una maga mas ocupada en sus quehaceres.....

Pongo en orden mis correos,accedo a mi banco personal y al de la Hermandad para depositar las cosas que mas útiles les puedan resultar.
Una vez concluida mi tarea me dirijo a la salida,la gran puerta de Forjaz se alza frente a mi desafiante,miro a mi alrededor,gente como hormigas ocupadas en comprar,reparar,ayudando a los que se inician y otros buscando a valientes compañeros para enfrentarse a los peligros de una mazmorra,normalidad,tranquilizadora e inquietante a la vez.

Un leve tirón en mi capa me crispa,me sereno y me giro,un Gnomo que acaba de iniciar su andadura en el arte de la brujería,me pide unas monedas para pagar los servicios de su instructor,las deposito en la palma de pequeña mano y sin esperar agradecimiento alguno me dirijo hacia el gran pórtico que me llevara a mas aventuras pero esta vez....en soledad.
El cortante frio de las montañas acaricia mi rostro sin dañarlo,salgo del bullicio de la gran puerta con gente que entra y sale y otros que combaten entre si en duelo,un leve silbido sale de mis labios entreabiertos,un gran Sable de Hielo Presto se detiene a mi lado.

El gran felino de blanco pelaje,gruñe suavemente mientras me empuja con calma la mano, haciéndome saber que entiende como me siento,le acaricio con toda la ternura que albergo y le susurro:

-Tenemos que irnos fiel compañero,pero antes daremos un paseo por estas tierras, sentirás la nieve bajo tus garras y yo el viento en la cara,seremos libres.

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