lunes, 12 de octubre de 2009

La despedida

En la oscuridad de la noche, mis pensamientos no me permiten dormir, como Sacerdotisa, tengo un especial sentido que me hace saber que algo malo se avecina. De pronto, alguien golpea la puerta, me incorporo abandono la comodidad de mi lecho y me dirijo a abrir con calmada prisa.
Un gnomo muy querido por mí me mira con gesto contrariado, le invito a pasar y le pregunto:
-Jefe, ¿qué ocurre?
Sin mediar palabra, introduce su mano en los pliegues del pecho de su toga y saca un gastado y amarillento pergamino que luce un sello de lacre rojo roto, me lo tiende y me insta a leerlo con un gesto. Lo tomo en mis manos y con cuidado lo despliego por completo. Mi rostro se entristece a medida que descubro su contenido.

-Even se ha ido, ella, la que me impulsó a ser lo que soy, la que me alentaba a superarme y a perfeccionarme como sacerdotisa sin preocuparme de mi pasado sino de mi presente y lo venidero....
-Así es-confirma el gnomo-necesita descansar, y volverá cuando esté bien... ¡diablos! le prohibí que se despidiera, pero... ¡ay! ¡Qué mujer mas cabezota!....Sírveme cerveza Nofer, necesito un trago o... ¡se me saltaran todas las tuercas!
Pongo sobre la mesa mi mejor jarra de cerveza y el vaso que más le gusta a Potopo, cómodo de usar para un gnomo exigente y con recursos como él, de no ser así sacaría de su mochila su propio vaso.
Apurando de un trago el contenido y mientras se sirve de nuevo me dirige la temida pregunta:
-¿Qué aras ahora?
Mirando fijamente la palmatoria que hay sobre la mesa, mis labios pronuncian con convicción una frase casi en susurro:
-Me iré...si ella no está poco puedo hacer yo aquí...
-Lo comprendo, sé que sabrás cuando ha vuelto...y si no...¡Yo te lo haré saber!

Una leve sonrisa se difumina con la tristeza de mi gesto, apurando el contenido de la jarra, el brujo se levanta de la silla que cruje y sin mirarme me susurra:
-Hasta pronto cielo y...que sueñes con múrlocs-aceleradamente sale de la habitación perdiéndose en las callejuelas.

Miro a mi alrededor sabiendo que debo partir, cojo mi mochila y utilizo mi piedra de hogar, sé a ciencia cierta dónde se encuentra Even, pero también sé que necesita soledad, además yo no poseo el libro que obra en su poder, no puedo acceder a donde ella se encuentra.
Camino por las calles de Dalaran, extrañamente vacías del habitual trasiego, me dirijo con premura a la zona de vuelo y tomo un glifo que me lleva a Colinas Pardas.
Una vez allí subo a mi lugar favorito desde donde diviso todo el paisaje, el bosque semi cubierto de nieve y un cielo azul que nunca cambia de color, la aurora boreal es su único adorno.

Aguardo allí de pie en esa altura con la mente en blanco sin pensar en nada, algunas personas se instalan en mi pensamiento fugazmente y me obligo, con un gran esfuerzo, en contener el llanto.
Utilizando la levitación desciendo suavemente del lugar en que me encuentro, nada más llegar al suelo me enfrento con un feroz oso, no me lanzo ningún hechizo de protección, esta vez mi muerte será diferente....
Mediante dolorosos zarpazos me empuja hacia mi destino, nada hago para curar mis heridas, por fin, un certero golpe de sus garras consigue arrebatarme la vida, pero como dije esta vez será diferente...mi forma de Ángel me vuelve etérea. Ligera como una pluma, no siento dolor, sólo paz.
Comienzo entonces mi viaje, nadie encontrará mi cadáver pues no he muerto, simplemente esperaré el regreso de Even protegiendo secreta e invisiblemente las vidas de nuestros amigos, ángel de la guarda que velara por los que nos quieren....

4 comentarios:

  1. Recuerdo una frase de una hermosísima canción, que dice... cuando me fuí no me alejé...

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  2. Muy bonita la descripcion me he emocionado y todo eres la mejor, sigue asi.

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  3. Ahora en el silencio de la noche aprovecho para releerte y me pasa lo de siempre me emociono muchisimo

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  4. Es muy agradable saber que a través de lo que escribo provoco sensaciones,tan bonitas como emocionarse,lo se por Mak,lo se por Atenea y ahora también por ti Anónimo,gracias.
    Algunas de estas historias han nacido en el silencio de la noche,iluminadas por la sonrisa de un "muso" que me ha concedido esa gracia...

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